Orgánica Tienda Natural, en la calle Burgos, ofrece una inmensa variedad de productos ecológicos y respetuosos con la salud del cuerpo y de la tierra. Una respuesta a la necesidad de cambiar nuestra forma de consumir
La Tierra pide cambios a quienes la habitamos. La cultura del usar y tirar, el abuso de los plásticos, los alimentos ultraprocesados… Las consecuencias del consumismo desenfrenado son palpables en el día a día. Y cada vez son más los consumidores y los comercios, normalmente pequeños y alternativos a las grandes cadenas, que quieren apostar por hacer las cosas de otra manera.
Miriam Frontela abrió su tienda ‘Orgánica Natural’ en la calle Burgos un poco antes de la pandemia, momento en que muchos consumidores comprendieron precisamente esa necesidad de apostar por lo saludable y lo sostenible, con lo local y lo respetuoso con el entorno.
«El 99 % del producto que tenemos es ecológico», explica. Y son estrictamente rigurosos con la certificación ecológica, para asegurar la trazabilidad y calidad. «Apostamos principalmente por certificaciones europeas».
Partiendo de ese requisito, completan sus variados estantes con una gran oferta de productos de alimentación, algunos de ellos dirigidos a personas con intolerancia al gluten o dietas específicas, siempre a partir de preparaciones saludables alternativas al ultraprocesado.
Pero también cosméticos o, incluso, artículos de limpieza y droguería, líneas de productos sin plásticos o aptos para personas con sensibilidad a los químicos.
«Intentamos también ofrecer producto fresco de calidad, a ser posible de kilómetro cero». Así, apuestan por fruta y verdura de temporada y proximidad, reduciendo en lo posible la huella de carbono y contribuyendo a proteger una agricultura de calidad.
Y estos requisitos no son incompatibles con tener una oferta enorme de productos. «En Orgánica puedes encontrar casi todo lo que puedas necesitar en tu día a día: tienes cosmética, tienes producto fresco, puedes encontrar carne.. Traemos carne ecológica de pollo y ternera, lácteos, etcétera», detalla Miriam.
En el caso de los alimentos para personas veganas, al igual que aquellos específicos para dietas sin gluten, Miriam y sus compañeras son rigurosas en primar la calidad, huyendo de los ultraprocesados. «Miramos mucho también cómo están preparados, qué cantidad de azúcares libres llevan, etcétera».
Lo mismo en los productos de limpieza o en la novedosa línea de cosmética «cero plásticos», que contribuye a generar conciencia sobre el residuo de aquello que compramos.
«Es una filosofía y un estilo de vida. Todo va unido: empieza por la alimentación, por cuidarte, y continúa por la cosmética o los productos de limpieza que utilizas para ti. Es importante que intentemos estar sanos y cuidar el entorno también, ayudarnos entre nosotros», comenta.