Zunder Palencia vence en el Coliseum de Burgos al San Pablo por 95-83 y se gana el ascenso a la ACB

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La hora de los valientes. El todo o la nada…

Intenso, como no podía ser de otra forma. Así empezó el partido por el ascenso, con los palentinos jugando con una gran determinación tanto en ataque como, sobre todo, en defensa, donde atajaron muchos ataques burgaleses a base de asfixiar al contrario. Justo lo que hace el Burgos habitualmente.

En ataque, la movilidad, la velocidad, fueron la marca de la casa. Pero los palentinos tambien se cargaron de faltas, con rédito para los burgaleses que más de la mitad de su cuenta mediado el primer cuarto eran tiros libres. Con todo, los palentinos iban por delante. Por muy poco, pero por delante 15-14 a falta de cuatro minutos para el final del primer cuarto, momento en el que los burgaleses entraron en bonus y a los palentinos se les calentó la mano desde el triple. Dos seguidos de Manu y de Kamba para poner tierra de por medio: 25-19 y acabar 28-20 el primer cuarto.

Kamba ataca el aro burgalés.

Super anotador el club palentino, con un Chumi que, como acostumbra, rindió tanto atrás como en la canasta contraria al cerrar ese primer cuarto con 10 puntos anotados.

Tras recibir las consignas, en el segundo cuarto se pudo ver al mejor Manu con lanzamientos lejanos e internadas esquivando las acometidas burgalesas, pero que no fueron castigadas con faltas.

El Burgos también quería jugar. Y sacó a relucir a sus estrellas que, con un arbitraje algo casero, y logró reducir la brecha hasta un punto. Fue en ese momento en el que el Zunder volvió a ser Él. Se puso fuerte en defensa, interceptando los intentos de los burgaleses por ponerse por delante. Atosigandoles, provocando los fallos de los rivales. Y en ataque, volvió la cabeza, dejando el corazón a un lado, pero no la garra, que de eso mostró sobrado Chumi que al descanso atesoraba ya 18 puntos. El Zunder pensaba más las jugadas. Buscaba la mejor opción, lo que puso a los palentinos de nuevo 7 arriba a falta de algo más de 1 minuto para el descanso.

Ventaja que ampliaron hasta los 8 en el momento de marcharse al túnel de vestuarios 50-42, pero con todo abierto para la segunda parte.

Tras el descanso

Segunda parte que comenzó con un robo de Chumi y un triple de McGrew. Con una intensidad inusitada arrancaron los palentinos en defensa. Le volvían a hacer ‘la del Burgos’. La de atascar su ataque desde cancha trasera. Con ello lograron colocarse a 13 puntos de ventaja. Consecuencia, Curro Segura tuvo que llamar a los suyos a tiempo muerto con solo 2’30” consumidos.

Y tuvo repercusión, porque los locales se acercaron en el marcador con una antideportiva pitada a Manu. Misma operación pero en banquillo contrario. Rivero llamó a los suyos al orden y de nuevo reacción palentina: 63-48.

Kamba intenta hacerse con un balón bajo el aro palentino.

Marcador que siguió creciendo hasta los 67-51 a falta de casi 4 minutos gracias al arrojo de los palentinos y a que el San Pablo comenzaba a sentir la presión.

Con el partido alto de intensidad, y con castigos algunos exagerados y otros leves en las faltas se fue manteniendo la ventaja más o menos. Hasta 23 tiros libres habían lanzado los jugadores del Burgos, encestando 19. Los palentinos 14, con 13 dianas. Y a los decisivos 10 minutos llegó el Palencia con una ventaja de 12 puntos: 73-61.

Último cuarto

Que se quedaron en 9 tras un triple de Barrera y el Coliseum comenzó a apretar de verdad. Y Pedro sacó a Wintering para manejar al equipo y a Chumi para remarcar el día glorioso que tenía. Ventaja de nuevo a 12 y el sector palentino gritando el nombre del capitán.

La ventaja bailó entre los 10 puntos en los siguientes compases. Un toma y daca en el que no se sabía a lo que se jugaba. A ganar como fuera. Con el corazón, ahora sí. Y con la ventaja de los palentinos a falta de cuatro minutos comenzó a desatarse la locura. 13 arriba tras jugada de tiralíneas y mate de Kasibabu. Vamos mi Palencia rugía el Coliseum.

La afición palentina celebrando el ascenso de su equipo.

Y el Burgos ya no fue el Burgos y no le quedaba más que cometer faltas para parar a los palentinos y a atacar con jugadas más personales que de equipo. Así se acercaron a 11 puntos a falta de 1,13 para jugar. 1,13 para ascender. 1,13 para sufrir. 1,13 para disfrutar de un ascenso fraguado desde el pasado octubre.

Al final, 95-83 y el sueño conseguido: “¡Que sí, joder, que somos ACB!”.

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