El alza de los precios provoca que el Ayuntamiento rechace la idea de colocar este elemento en el su edificio de uso cultural
Moqueta. En algunos momentos, elemento de distinción para espacios públicos y privados. Como si se vistieran los suelos y las paredes, en vez de dejarlos desnudos o con solo una capa de pintura o un piso frío. También un elemento de insonorización, al ‘comerse’ y amortiguar este elemento las vibraciones sonoras.
Pues esa moqueta no estará presente, por ahora, en el proyecto del edificio de uso cultural que el Ayuntamiento de Villarramiel está llevando a cabo. Mejor dicho. Lo ha sacado del mismo, porque hasta hace unos días sí había la intención de que la moqueta estaría presente.
Le ha pasado al Ayuntamiento de Villarramiel lo que a muchas administraciones. La inflación en el sector de la construcción ha hecho que con el dinero que tenía presupuestado para una obra, no haya encontrado a ninguna empresa que se hiciera cargo de ella por ese precio.
No le ha pasado una vez, ni dos, sino tres, como explica el redactor del proyecto para la segunda fase del Edificio de Uso Cultural de VIllarramiel, Javier Salceda Adán. “La presente obra ha sido objeto de tres convocatorias para su licitación, dos por la Diputación de Palencia, y otra por el propio Ayuntamiento de Villarramiel, resultando desiertas en todos los casos”.
Visto que el problema podría estar entre el desfase económico de lo que costaban las obras en 2020, cuando se redactó el proyecto, y la actualidad, el equipo redactor consensuó con el Consistorio de Villarramiel “proceder a una revisión al alza de los precios que se incluyen
en el presupuesto”.
Pero el dinero que hay para la obra es el que hay. Por lo que se ha optado no por subir la cuantía de la licitación, que se mantiene en 71.692,93 más IVA, sino renunciar a pretensiones, por ahora.
“Dado que no es posible incrementar el presupuesto del Proyecto, se ha optado por
eliminar completamente la partida 5.04 “PAV. MOQUETA FIBRA SINT. P.C.T/DENSO
RESIST FUEGO”. De esta forma, se liberan unos cuantos euros que se envían a otras partidas, a las que se les ajusta al alza los precios”.
De esta forma, Villarramiel espera tener más facilidad para encontrar a la empresa que le construya finalmente su edificio de uso cultural, aunque sea sin el lujo de pisar moqueta.
