Libro Documentación del monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo (siglos XI al XV)

Un nuevo libro recopila la documentación vinculada al monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo

A lo largo de 400 páginas, el sacerdote y doctor en Historia, Miguel C. Vivancos, recoge la documentación del conocido cenobio cisterciense palentino desde el siglo XI al XV, poniéndola así al alcance de otros investigadores y estudiosos.

El libro, “Documentación del monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo (siglos XI al XV)”, ha sido publicado por la Fundación Santa María la Real y ya está a la venta en su tienda online y en librerías especializadas al precio de 25 euros (pincha aquí).

“Con la publicación de este libro la Fundación Santa María la Real ha visto cumplido un viejo deseo, al tiempo que se ha saldado una deuda pendiente con la historia de uno de los monumentos más importantes del románico palentino”, afirma Pedro Luis Huerta, coordinador de publicaciones de la entidad, quien agradece la exhaustividad del trabajo realizado por Miguel Vivancos.

El libro no pretende ser una descripción de la historia de San Andrés de Arroyo, sino más bien ofrecer una herramienta útil para que los investigadores puedan profundizar en aspectos concretos de su pasado. “Para lograrlo, el autor ha expuesto los contenidos de una forma clara y ordenada que facilita enormemente su consulta. Además del orden cronológico de las transcripciones, se ofrecen dos apéndices complementarios y los consiguientes índices onomástico y toponímico”, comenta Huerta.

El monasterio

El monasterio de San Andrés de Arroyo es uno de los cenobios cistercienses mejor conservados de nuestro país, posiblemente, porque es de los pocos que ha logrado mantenerse habitado desde su fundación en 1181 por la condesa doña Mencía López de Haro. Es, además, uno de los monumentos más visitados del románico palentino, dado que aquí dejaron su huella algunos de los mejores canteros y escultores que trabajaron en el norte de Castilla durante los últimos años del siglo XII y las primeras décadas del XIII.

Hasta ahora, el estudio de San Andrés de Arroyo se había efectuado desde un punto de vista artístico, a partir de su materialidad arquitectónica y escultórica. Es sobradamente conocida la belleza de su claustro y del conjunto de construcciones que lo forman. Sin embargo, excepción hecha de algunos estudios parciales, faltaba por realizar una completa historia del cenobio que, debido, quizá, al celo y prudencia de la comunidad que lo habita, había quedado al margen de colecciones como “Fuentes medievales castellano -leonesas” y “Fuentes y estudios de Historia Leonesa”.

San Andrés de Arroyo

Acervo documental

Quedaba constancia de que durante siglos guardó entre sus muros un bellísimo ejemplar del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, copiado a principios del siglo XIII y magníficamente ilustrado; pero poco más se sabía de su documentación medieval. De este modo, el objetivo, tanto de la Fundación, como de su autor, Miguel C. Vivancos, ha sido recopilar en este libro el acervo documental de San Andrés de Arroyo desde el siglo XI hasta el XIV, sin olvidar reseñar los del siglo XV, para ponerlo al alcance de otros investigadores y estudiosos.

La vida de la comunidad monástica y de los pueblos de su entorno se descubre a través de estos textos, que ofrecen un arsenal de noticias sobre su patrimonio y su quehacer cotidiano. A la vista de la información que transmiten todos los documentos recogidos, “nos podemos hacer una idea del rico patrimonio del que gozó este monasterio durante la Edad Media, con sus derechos, privilegios y compraventas; así como de los conflictos a los que tuvo que hacer frente para defender sus intereses”, comenta Pedro Luis Huerta.

No solo eso, la obra nos descubre también a sus moradoras, desde las abadesas que se sucedieron en el cargo, hasta los diferentes oficios que desempeñaban las monjas dentro de la comunidad. No falta la mención a los criados y familiares que ayudaban en las tareas del cenobio o que recibían determinados arriendos. Capellanes, porteros, escribanos, mayordomos o merinos completan el conjunto de personas que daban vida a esta institución monástica.

Lectora del libro Documentación del monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo (siglos XI al XV)

-Publicidad-

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí