Los de Rivero sufren la derrota más amplia de la temporada en el peor partido de los palentinos en toda la liga
No fue el Zunder Palencia quien atravesó el Arlanzón. No el que se desplazó hasta Burgos. Poco, o nada, salvo el nombre, se vio en el Plantío del equipo que va segundo en la clasificación de la LEB Oro. No aterrizó en la cabeza de Castilla el eléctrico equipo palentino.
No. No. No. Todo negativo.
Pronto se vio que no era el partido de los de Pedro Rivero. Porque a pesar de anotar los visitantes la primera canasta del partido, y la segunda, los burgaleses tomaron mando en plaza pronto y llegaron a colocarse, en un plis plas, ante la incredulidad de los jugadores morados hoy de azul y los cerca de 500 aficionados palentinos, con una cómoda diferencia. 12-4 a base de triples bien buscados y acertados. Y la presión en defensa, asfixiante.
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En cambio, en la canasta de los palentinos las manos parecían encogidas. Los pocos tiros de los de Rivero eran erráticos. Se tiraba con precipitación. Forzada o no por las huestes locales que poco a poco se iban distanciando en el luminoso del Coliseum. 21-12 al final del primer cuarto en el que los palentinos tiraron apenas 9 veces de dos (con seis aciertos) y tres de triple con un 0% de acierto. Y eso que el Burgos tampoco estuvo demasiado acertado en los de dos, con apenas un 36%. Eso sí, en el de tres rozaban el 43%.
El segundo cuarto no fue mejor, llegando el Burgos a infligir un severo castigo a los palentinos en los que el miedo a tirar se contagió. No solo entre los que prefieren pasar el balón. También entre los que suelen asumir esa responsabilidad. Y la verdad es que no era para menos a la vista del escaso acierto en los tiros. Muchos de ellos de ‘agua’. Ni aro, ni tablero…
Solo se atisbó una pequeña reacción de los palentinos con dos triples consecutivos de Chumi Ortega que lograron dejar la diferencia en apenas 11 puntos después de que los locales llevaran al marcador una renta de +19.
Y no sería la más grande de la primera parte, en la que Palencia tuvo que renunciar a su base titular, Wintering, que se fue al banquillo en reserva debido a sus tres faltas con los mismos puntos. Casi desaparecido, perdido, el pilar sobre el que se asienta el juego palentino.
Ese estado de ánimo se trasladó al resto de jugadores. Fallos en pases fáciles, errores en la ejecución de simples bandejas en jugadores como McGrew… Lo nunca visto, para ver en el marcador al descanso un 45-26, aunque llegó a ser la ventaja de hasta 21 puntos. La máxima desventaja más alta sufrida por el Palencia en toda la liga. Hasta entonces.
Sin reacción tras el descanso
Tras el paso por vestuarios, un espejismo. Como en Perdidos. ¿El rescate? Parecía. Tras dos acciones, los palentinos se colocaron a 15 puntos. ¿Era posible? No. Estaba de ser que no. Porque en apenas unos minutos la posible remontada palentina se cortó con la tercera falta de McGrew. Y poco después, la cuarta de Wintering que solo pudo estar en cancha tras el reenganche del descanso 3 minutos y medio.
Otro arreón, más de animo que de cabeza, volvió a hacer mermar la renta burgalesa a unos esperanzadores 14 puntos. Otro espejismo porque en ese momento se vio el verdadero espíritu que los palentinos habían llevado a Burgos. Dos errores tontos, una defensa de alevines y un pase a la nada, volvieron a dar alas a los locales, que tenían todo de cara. Incluso el acierto de cara al aro. Arreció la lluvia para los morados, hasta encontrarse con una nueva máxima renta de los burgaleses: 22 puntos, acabando en 19 al final del tercer cuarto. No salía nada… porque el Burgos lo presionaba todo.
Hasta 31 por debajo
El último fue la confirmación de que el Palencia había llegado perdido a Burgos. Sin ideas ante el planteamiento y la oposición burgalesa bajo los aros. Con el punto de mira desviado, especialmente en los tiros de tres. Con sólo 6 de 17 en todo el partido (solo dos entraron en el último cuarto). Y se podría decir que sin actitud luchadora ante la granizada local que llevó el marcador hasta los 31 puntos a su favor.
Solo McGrew y Kostadinov (MVP de los palentinos con 17 créditos y máximo anotador de los visitantes) fueron capaces de echar el resto hasta el final.
Rivero ya empezó a pensar en reservar jugadores para el Play-Off, al sacar a cancha a un Mendi, solo habitual cuando la diferencia con el otro equipo es abismal. Solo que esta vez, la diferencia fue a favor del contrario: el Burgos. Al final 89-65 en uno de los peores partidos del Zunder esta temporada.