Las intensivas extracciones de áridos para la plataforma del ferrocarril han dado al traste con “la mejor zona de cultivo” convertida ahora en una mina a cielo abierto
Como todo avance en la sociedad, las líneas de Alta Velocidad conllevarán ventajas, en tiempos de transporte, en inversiones, en empleo durante su construcción… Pero también dejan cadáveres en la cuneta. Uno de ellos es, en el caso de la Línea de Alta Velocidad entre Palencia y Cantabria, el campo. La agricultura.
Y en pocos lugares puede ser tan evidente como en las tierras que comparten y lindan en los municipios de Frómista y Piña de Campos. Y lo más llamativo de todo es que esa evidencia está lejos de la propia traza de la vía.
Porque es entendible, hasta lógico, que las tierras que se ven afectadas por el camino que seguirá el tren a 300 km/h sean expropiadas. Que se genere un cierto destrozo, especialmente durante los años que se prolonga la construcción por el paso de la maquinaria. Que los agricultores pierdan, bajo indemnización, esos terrenos y también que se busque que las vías pasen por donde sea menos lesivo para la agricultura y el entorno.
Pero en el caso de Frómista y Piña de Campos el destrozo no lo está haciendo el AVE directamente. Quienes circulan por la A-67 y lo han hecho durante meses por la N-611 entre Frómista y Piña de Campos, habrán podido comprobar cómo un legión de máquinas excavadoras abrían un sin fin de minas. Arañazos alargados sobre la tierra. De cientos de metros. Tanto a un lado como a otro de las vías de comunicación y a varios kilómetros de donde pasará el AVE.
Sacar de aquí para apilar allí
Se trata de préstamos. Material que se saca de un lugar para colocarlo en otro. Y aquí lo que se busca son gravas que permitan sustentar la plataforma del AVE que en buena parte de su recorrido por la meseta palentina irá sobre taludes o bien para elevar el ferrocarril sobre los pasos para caminos y arroyos, por ejemplo.
El problema es la ubicación de esas graveras. En una de las mejores zonas de cultivo: a orillas del Canal de Castilla y en la cuenca del río Ucieza. “Se han cargado la mejor zona de cultivo de la zona”, explica a Palencia en la Red Fernando Díez, alcalde de Frómista y agricultor.
Sólo lo que se ve desde la carretera nacional o desde la autovía A-67 suponen 200 hectáreas en las que se ha retirado la tierra vegetal, se ha amontonado y se está extrayendo las zahorras cuaternaria que es lo que se busca. 200 hectáreas distribuidas en dos sectores: por un lado el que marca la Autovía, el Canal de Castilla y el Río Ucieza. Por otro el que marca la N-611, el ferrocarril convencional y el río Ucieza.
El problema, dicen los agricultores y la Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga es que parte de esos terrenos ya estaban concentrados y modernizados, por no hablar de la calidad de las tierras, en una zona de vega.
Es precisamente el de la humedad otro de los problemas que se han encontrado en la explotación de estas minas. El agua, incluso en un año seco, afloraba. Se filtraba desde el propio canal de Castilla y del Río Ucieza apenas se quitaba la capa fértil de la tierra.
Y el problema es que en proyectos similares que se están llevando a cabo en la zona, se señala que “no se realizará extracción de material por debajo del nivel freático”. Y este ha aflorado convirtiendo algunas de las minas en piscinas.
Tras la extracción de las gravas necesarias para levantar el AVE sobre los campos palentinos, tocará la restauración de estas zonas que han sido expropiadas por el Estado, explican los agricultores, por lo que podrían quedar sin el uso que se le estaba dando hasta ahora, es decir, el de servir de cultivos. Dejando una huella profunda. Tan profunda como hayan excavado para extraer los préstamos.
Otros préstamos
No será esta la única zona en la que se utilicen campos de cultivo para suministrar material a la construcción del AVE. El pasado verano se solicitó autorización para otra mina de préstamos de unas 30 hectáreas entre Frómista y Marcilla (terrenos de secano en el pago de Tajagrano, junto a la carretera hacia Requena y la traza del AVE) y actualmente está pendiente otra solicitud de autorización de Explotación, el término municipal de Frómista. En concreto en el pago denominado Valdelosrubios” situado entre la carretera que une Frómista con Santoyo y el Canal de Castilla, en el tramo que coincide con el Camino de Santiago.
En este caso se trata de una explotación de menos de 5 hectáreas, pero que al estar a menos de 5 km del límite de otras minas a cielo abierto, debe someterse a Impacto Ambiental. Son terrenos que ha comprado y escriturado la propia empresa constructora de la línea entre Amusco y Osorno, la UTE San José Torrescámara. Lo que se ha hecho en otras minas, ha sido pagar la explotación del terreno, quedando en propiedad de su actual dueño.
“La explotación resulta muy sencilla, al tratarse de un aprovechamiento superficial en una parcela con pendiente suave, lo que facilita la restauración de los terrenos, los cuales quedarán aptos para uso agrícola, e integrados en el medio”, señala la solicitud, por lo que al menos después de la extracción de material, esa parcela podrá volver a ser productiva. Eso sí, posiblemente hasta seis metros por debajo del entorno, puesto que esa es la potencialidad de materiales a extraer que se ha marcado, aunque la media será de algo menos de cuatro metros.
Restauración
Aunque, el plan de restauración marca un máximo de pendiente, de forma que el nueva tierra, tras el extendido de la tierra vegetal que se retire durante los trabajos previos a la extracción y que deberá ser acopiada, no quede como una balsa.
Habrá que esperar para comprobar si, tras las labores de restauración de esta parcela, así como de las afectadas por los préstamos para el AVE recuperan su capacidad productiva. Esto es. Para comprobar si el AVE solo fue una plaga pasajera, o acabó con los cultivos en la zona.