Y el sueño llegó a su destino: Museo del Ferrocarril de Venta de Baños

Venta de Baños recibe por fin su Museo del Ferrocarril, que «cierra el círculo» en una población cuya historia se trazó desde el andén, con mil empleados locales vinculados al tren

Parecía que aquel tren nunca llegaría a su destino. Pero finalmente lo ha hecho. Casi tres décadas de sueño han culminado con un nuevo comienzo: el del Museo del Ferrocarril de Venta de Baños, una instalación que no solo aspira a suponer un revulsivo turístico para esta zona del Cerrato, sino que, además, «cierra el círculo»: el que se iniciaba el 1 de agosto de 1860 con la inauguración de la estación de tren de Venta de Baños.

La cita corresponde al periodista Javier Pérez Andrés, conductor del acto inaugural que tuvo lugar el pasado 21 de enero. Una reflexión con la que coinciden también los integrantes de la Asociación Venteña de Amigos del Ferrocarril (Avenfer), que durante décadas ha trabajado por recuperar el patrimonio industrial y cultural que ha legado el tren a esta localidad cerrateña, en la que llegaron a trabajar un millar de personas en su estación y sus instalaciones ferroviarias.

Con una sonrisa ancha, su vicepresidente, el sacerdote y catedrático de la Pontificia de Salamanca Fernando Rodríguez Garrapucho, recuerda que su abuelo construyó la fábrica de La Briquetera en la que hoy se asienta el museo, además de la Casa de Cultura.

«Las briquetas eran ladrillos de carbón y de brea que se utilizaban en la combustión de las locomotoras», aclara mientras nos enseña las instalaciones. Una matización interesante para el público de hoy en día, acostumbrado a los trenes de alta velocidad, los vuelos lowcost y las taquillas virtuales.

« Ofrecemos al visitante conocer la evolución histórica de este medio de transporte, desde la locomotora de vapor hasta la alta velocidad, pasando por la modernización de la electrificación»
J.M. López Acero

Este importante nudo ferroviario se estableció junto a la ‘Venta’ cercana a Baños de Cerrato, una fonda llena de vida que fue el germen del municipio. Después, la vida se amplió a la nueva estación, que los más mayores recuerdan con emoción.

«Quien haya conocido esta estación, cierra los ojos y la ve llena de paquetes, maletas, gentes esperando los trenes en los andenes. Familias sentadas en los bancos comiendo filetes empanados y bebiendo gaseosa», rememora el vicepresidente de Avenfer, autor de los textos explicativos del museo.

Hoy, Venta de Baños ha perdido fuerza dentro de la infraestructura moderna de Adif, y la llegada de la alta veloclidad ha terminado de consolidar un declive progresivo de la actividad ferroviaria en el pueblo, como también de su legado.

UN VIAJE EN EL TIEMPO
El Museo ofrece espacios que suponen un viaje atrás en el tiempo, hasta los orígenes del tren, y nos permiten entrar en sus vagones, subir a su miniatura o aprender cómo funcionaba aquel entramado ferroviario en el que llegaron a trabajar alrededor de mil personas.

«Cada patrimonio está cargado de un carácter particular. El patrimonio ferroviario en su diversidad va desde el terreno más sencillo de trazados antiguos hasta el terreno más sofisticado de la señalización de alta velocidad, pasando por verdaderas obras de arte, líneas, vehículos, emplazamientos y toda clase de instalaciones», añade.

Los integrantes de Avenfer lamentan la desaparición de ese patrimonio formado por edificios en torno a los andenes y vías. Pero han conseguido salvar una gran parte de ese otro pequeño patrimonio compuesto por documentos, faroles, herramientas, maquinaria de señalización e incluso accesorios y menaje de los vagones.

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‘Piojo Verde’

Gracias también a la colaboración de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril, y de la propia Renfe, pero sobre todo de los antiguos trabajadores ferroviarios de la zona, hoy es posible conocer de cerca esas piezas cotidianas en siglo y medio de historia.

Destaca por ejemplo la maqueta desarrollada por voluntarios de Avenfer, ambientada en la localidad de Frómista, la miniatura que circula por el exterior del museo y sobre la que pueden montar pequeños y mayores, o tres vagones históricos, como el denominado ‘‘Piojo Verde’’, un automotor a vapor de un solo coche en el que los maquinistas iban en el mismo espacio que el pasaje, según explicó López Acero. Una pieza única en España reparada y preservada desde hace años por Avenfer.

Relevo

En este círculo que se cierra ahora, se han ido dando el relevo varias corporaciones municipales de distinto color político. Todos coincidían en la necesidad de preservar la memoria ferroviaria haciendo realidad este sueño de Avenfer. Pero también ha jugado un papel destacado la propia población de Venta de Baños.

«Hay que destacar el papel de las escuelas taller y los programas de empleo», apunta el alcalde, José María López Acero. Esos programas posibilitaron la rehabilitación, entre otros, del Centro Cultural La Briquetera.

Y una vez cerrado el círculo, el Museo se postula como un revulsivo para el turismo en la zona, centrado hasta ahora fundamentalmente en la basílica visigoda San Juan, de Baños de Cerrato. «Hemos dotado a un pueblo como el nuestro de su más que apropiado Museo del Ferrocarril, para que las futuras generaciones de venteños sigan teniendo presente sus orígenes ferroviarios.

Y lo hemos hecho creando una exposición diferente al resto de museos, donde conocer la evolución desde la locomotora de vapor hasta la alta velocidad», resume López Acero. «Pero tengo claro que dentro de no mucho tiempo veremos mucho más: porque este proyecto irá creciendo, va a seguir vivo y está abierto para aquellos que quieran seguir soñando, imaginando y creando espacios y actividades que contribuyan a su fin».

De momento, el museo abre sus puertas de manera gratuita los fines de semana, mientras que en los próximos meses se establecerá un horario estable de apertura.