La Junta, advierte con antelación, que del 20 al 24 de febrero cortará la carretera P-900 que va desde el Hospital a la villa cerrateña, para acometer la tala de árboles
Lo que antes servía para marcar los límites de la carretera ahora puede convertirse en un peligro. Y lo que antes apenas levantaba unos metros puede ser ahora un arma en caída libre o a la espera sobre la calzada.
Por eso la Junta de Castilla y León está llevando a cabo en la carretera convencional de su competencia que une Palencia con Villamuriel de Cerrato, la P-900 que nace en los alrededores del Hospital y del puente Nicolás Castellanos en al capital palentina, una limpieza de la masa forestal que rodea la calzada.
Una poda que se ha llevado a cabo ya en varias zona de la carretera, pero que en unas semanas obligará a cortar a la circulación esta carretera que utilizan muchos conductores en concreto, 3.555 de media cada día, para ir de una localidad a otra.
Y es que la tala de árboles de gran porte en la margen derecha de la carretera P-900, entre el Pk-0, coincide con la rotonda, y en una longitud de aproximadamente 300 metros, hace necesario el corte de la carretera, dado que se trata de una zona en la que además no hay mucho espacio fuera de la calzada.
A fin de que las tareas se realicen con la máxima seguridad y rapidez, y se minimice el trastorno de los usuarios, “se permitirá el tráfico en las horas de máxima afluencia. Por ello, se cortará el tráfico entre los días 20 y 24 de febrero de 2023 en los horarios: de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas. Fuera de estos horarios la circulación se realizará sin restricciones”, señalan desde la Junta de Castilla y León.
Por ello, durante las horas de corte, la única comunicación de Palencia con Villamuriel de Cerrato se podrá hacer a través de la autovía P-11.
Cabe recordar que un choque con un vehículo contra uno de esos grandes árboles, puede conllevar serias heridas para sus ocupantes. O si una de sus ramas se desprende hasta la calzada.
