El Campus de Palencia inauguró ayer el nuevo Máster Oficial de Estudios Feministas con el desgarrador relato de la activista afgana Massouda Kohistani, refugiada en España
Uno de los hitos más esperados para este curso universitario en el Campus de Palencia de la Universidad de Valladolid era la apertura del primer máster oficial de la institución educativa dedicado a los Estudios Feministas e Intervención para la Igualdad. Hasta ahora, la Cátedra de Estudios de Género, asentada en la Facultad de Educación de Palencia, disponía de títulos propios, pero por primera vez, este curso, la formación en feminismos y prevención de violencia de género toma un carácter oficial, lo que sitúa a la UVa a la vanguardia en el ámbito de la educación superior en este sentido.
Las clases del nuevo máster, que se imparte en modalidad online, comenzaron a principio de curso, pero quedaba pendiente la inauguración oficial, que tuvo lugar en la tarde de ayer, coincidendo con los actos programados en torno al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género.
Y un momento así merecía una invitada de altura, como fue la activista afgana Massouda Kohistani. La joven está refugiada en España, donde continúa sus estudios de máster universitario tras el retorno de los talibanes al poder el 15 de agosto de 2021. “Desde que llegué a España el año pasado he sentido como mi responsabilidad elevar mi voz y dar a conocer la situación de las mujeres afganas”, relató en su intervención en el salón de actos de la Escuela Técnica Universitaria de Ingenierías Agrarias. Una voz que alzó también durante las primeras semanas desde la retirada de las tropas estadounidenses.
“Llegué a ser un poquito famosa durante las protestas, porque siempre aparecía en los medios de comunicación y redes sociales”, confesó en su intervención. Hasta que una mañana, al salir a comprar el pan, se topó con un soldado del régimen talibán en la puerta de su casa, dispuesto a arrestarla. “Con malas palabras, el hombre me dijo que ya no había democracia ni tampoco derechos para las mujeres”.
Ella pudo escapar, pero tal y como relató durante su intervención en el Campus de Palencia, diecisiete de sus amigas sufrieron violaciones y arrestos por alzar su voz contra los derechos humanos y de las mujeres.
Massouda Kohistani quiso hacer un repaso por la historia reciente de Afganistán, desde la invasión rusa a finales de los años 70, el apoyo inicial de Estados Unidos a los talibanes como opositores al régimen muyahidín y la guerra civil entre 1996 y 2001. Una época en la que las mujeres ya alzaron su voz por sus derechos, aunque “en aquel momento no había medios de comunicación ni redes sociales que mostraran cómo era la guerra o la vida de las mujeres”, apuntó la activista.
“No entendemos por qué EEUU apoyó a los talibanes durante ese tiempo. Las mujeres no teníamos ningún derecho. Y después de que ocurriera el atentado terrorista del 11 de septiembre, ellos despertaron y entraron en nuestro país con toda la fuerza de guerra”.
Durante los 20 años desde la llegada de las tropas americanas y sus aliados europeos, el desarrollo de los derechos de las mujeres llegó a niveles máximos. “Mi vida en Afganistán era normal. Las mujeres defendíamos nuestros derechos en la familia, la cultura, la comunidad y todos los ámbitos. Intentamos convencer de nuestra posición contra el patriarcado y no fue fácil, pero lo conseguimos”. A nivel educativo, “muchas mujeres terminaron sus estudios de secundaria, universidad e incluso máster o doctorado en distintas áreas”, y coexistían la educación religiosa con la educación “moderna o científica”.
El regreso del régimen talibán en agosto de 2021 derribó los logros obtenidos. “Las mujeres alzamos la voz con lo único que teníamos, que era papel y lápiz. Ellos respondieron con pistolas”. Kohistani destaca que en aquellas primeras protestas, detectaron que los miembros del régimen no asesinaban a las mujeres durante las manifestaciones, pero sí a los hombres que las acompañaban. “Decidimos que ellos no aparecieran en las imágenes, pero nos apoyaban igualmente: tomando fotografías, grabando o incluso preparando nuestros carteles”, relató. Muchos de ellos, incluidos menores de edad, terminaron en la cárcel.
Hoy, Kohistani continúa su protesta desde el exilio, y destaca que “no es la primera vez, sino la segunda, que las mujeres afganas tienen que alzar la voz para que se respeten sus derechos”.
Diversidad feminista
La de Kohistani no fue la única ponencia de una tarde de estreno para este nuevo programa formativo del Campus de Palencia, ya que previamente intervino vía online la doctora Verónica Perales, artista multimedia y profesora de la Universidad de Murcia, muy vinculada a la Cátedra de Estudios de Género radicada en Palencia. En su intervención, repasó las imágenes publicitarias y artísticas que reforzaron el relato patriarcal durante décadas. “Las imágenes significan por lo que vemos y por lo que no vemos en ellas. Se imprimen en nuestro lenguaje antes de que podamos dar el visto bueno, afectan a los esquemas inconscientes de percepción y apreciación y con demasiada frecuencia es para apoyar la estructura histórica del orden masculino”, subrayó.
Perales incidió en la importancia de la unidad del movimiento feminista, pese a las divergencias, que están siendo utilizadas por “algunos nodos que nos hacen perder fuerza”. Para ella, “la diversidad es una valiosa riqueza y es necesario conservarla porque no solo somos la mujer, sino las mujeres, con toda la pluralidad que ese número conlleva. Pero tenemos que tener muy claros los objetivos comunes”.
El máster fue inaugurado por representantes de las distintas instituciones involucradas en la lucha contra la violencia de género, como el subdelegado del Gobierno, Ángel Domingo Miguel; el diputado de Igualdad de la Diputación de Palencia, Juan Antonio Obispo; el teniente de alcalde, Alfonso Polanco; la jefa de sección de Mujer de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, Amelia González; la vicerrectora del Campus de Palencia, Amalia Rodríguez o la delegada del Rector para la Responsabilidad Social Universitaria, Rosalba Fonteriz.