Miles de kilómetros para hacer la cultura accesible a todos

Acaba de comenzar la programación cultural de otoño de la Red Provincial de Bibliotecas con hasta 33 actividades repartidas por 22 municipios. El objetivo de la Diputación con esta programación es hacer realidad el derecho fundamental, recogido en nuestra Constitución, de acceso a la cultura, elemento básico para el desarrollo de las personas y de los pueblos. Pero no es un objetivo que viene de hoy, es un empeño y una apuesta de la Institución provincial que se remonta tiempo atrás. Desde el año 2012 se han celebrado un total de 751 actividades organizadas y financiadas por la Diputación de Palencia en las 22 bibliotecas, que llegan a una población estimada de 45.000 habitantes

Esta programación no es la única herramienta utilizada por la Institución provincial para hacer efectivo este derecho constitucional de acceso a la cultura de todas las personas independientemente de donde vivan. Para poder llegar a aquellas poblaciones en las que no hay bibliotecas permanentes, desde hace más de medio siglo la Diputación se apoya en las ‘bibliotecas rodantes’ o bibliobuses.

Así, desde 1971, circulan por las carreteras de la provincia estas bibliotecas rodantes, que permiten acercar a los pueblos más pequeños, aquellos que no disponen de una biblioteca pública, el acceso a la lectura y a todos los medios gráficos y audiovisuales propios de una biblioteca estable.

La Diputación de Palencia, a través del Servicio de Cultura que dirige Carolina Valbuena, ha estado y está presente con el mantenimiento de los tres bibliobuses que en estos momentos están en activo y que permiten recorrer un total de treinta rutas con una periodicidad de tres semanas, llegando de esta forma a las localidades del medio rural palentino en las que no existe una biblioteca estable.

La implicación de esta Institución con las bibliotecas itinerantes y el Centro Coordinador de Bibliotecas (dependiente de la Junta), con el que trabaja conjuntamente para prestar este servicio, data de décadas atrás. Así, en el año 1971 se adquirió el primer vehículo y, posteriormente, entre los años 2007 y 2009 se renovó la flota con tres nuevos bibliobuses perfectamente equipados con todas las comodidades y servicios para los usuarios.

El servicio del bibliobús llega a 183 localidades del medio rural palentino, desde Grijota, la más poblada, a Villantodrigo, la menos. Tiene puntales en el norte: Brañosera, San Salvador de Cantamuda y Camporredondo que son las localidades más alejadas de la capital a las que llegan.

“Como servicio público…me parece un servicio, detrás de los básicos como la Sanidad o la Educación, fundamental para el desarrollo de la vida en los pueblos pequeños, porque ofrece la oportunidad de acceso a la cultura y al entretenimiento a personas que de otra forma tendrían que hacer esfuerzos para llegar a ellos y que quizá desistirían de hacerlo porque tendrían que desplazarse a otras localidades”, confirma Óscar Herrero, conductor-auxiliar de biblioteca desde hace más de tres años y medio.

En 2022 se han incorporado cuatro localidades nuevas: Brañosera, San Andrés de la Regla, Villapún y Valoria del Alcor, con buenos resultados.

Los vehículos son propiedad de la Institución que, además, se hace cargo del mantenimiento y la dotación bibliográfica de estos bibliobuses con una subvención directa al Centro Coordinador de Bibliotecas que, actualmente, es de 190.000 euros anuales. El Centro Coordinador de Bibliotecas también recibe fondos de la Junta de Castilla y León para el funcionamiento de los bibliobuses.

¿Cómo son y qué ofrecen los bibliobuses? El interior de estos vehículos cuenta con mesa de trabajo y estanterías regulables, aire acondicionado y calefacción, lo que permite que el préstamo del material bibliográfico y audiovisual sea más cómodo, no sólo para los usuarios sino también, para los encargados de los bibliobuses.

Cada bibliobús dispone de una media de unos 3.000 documentos entre los que se pueden encontrar novelas, libros de diferentes materias (cocina, historia, psicología, plantas), revistas, y DVDs, tanto para adultos como para el público infantil y juvenil. También se incluyen libros de letra grande y audiolibros en formato altavoz.

“Se crea una relación que llega a ser personal. Una vez arriba hay usuarios que te piden libros concretos, que te hacen la crítica del que han leído y otros que lo que te piden es consejo sobre qué leer porque en la anterior visita “has acertado” con sus gustos”, relata.

Además de todos esos documentos, ofrecen de un depósito con miles de libros que están a disposición de los usuarios bajo demanda, que se solicitan bien de una visita a otra, por medios telemáticos, por correo electrónico o, incluso, por WhatsApp.

“Tenemos dos tipos de público: las personas mayores, especialmente mujeres, y los niños de los colegios para los que, en muchos casos, somos el primer acceso a una lectura que no sea la pautada por el colegio, aunque en coordinación con sus profesores”, explica Herrero.

Y es que los bibliobuses llevan la biblioteca a 16 colegios de la provincia: Buenavista de Valdavia, Calzada de los Molinos, Villaviudas, Magaz de Pisuerga, Tariego de Cerrato, Baños de Cerrato, Cascón de la Nava, Cisneros, Santervás de la Vega, Becerril de Campos, Fuentes de Nava, Monzón de Campos, Ampudia, Cevico de la Torre, Villalobón, Grijota.

“En mi caso, como usuario que fui de niño del bibliobús, recuerdo con nostalgia cómo me llevaba a casa los cómics de Ásterix o los libros del Barco de Vapor cuando el bibliobús llegaba al patio de mi cole”, rememora Óscar Herrero.

Un bibliobús, un equipo. Cada uno de los tres bibliobuses cuenta con su equipo: tres bibliotecarios de la Junta y tres conductores (dos de ellos, conductores-auxiliares de biblioteca), que dependen del Centro Provincial Coordinador de Biblioteca. Además, el servicio cuenta con un ayudante de biblioteca que ejerce como coordinador de los tres equipos y de las bibliotecas municipales. Todos bajo las órdenes de la directora de la Biblioteca Pública de Palencia.

Acceso a la lectura, la cultura y al entretenimiento, pero también formación. Por un lado, las que ofrecen a los usuarios, a los que los propios equipos de los bibliobuses imparten con algunas aplicaciones de lectura como ebiblio (la biblioteca digital) y del propio personal adscrito al Centro coordinador.

Hace varias semanas, participaron en el congreso nacional de Bibliotecas móviles en el que además de presentar las experiencias con la APP Rutas Bibliobuses de Palencia y los altavoces con audiolibros recargados, asistieron a las conferencias de otros servicios españoles y europeos que servirán para tomar ejemplos de lo que hacen en otras partes para tratar de aplicarlo en Palencia y mejorar el servicio que se presta.

“En la relación con las personas mayores el trato es muy cercano, como si fuéramos nosotros de quien dependiera el Servicio, cuando ‘solo’ somos quienes lo ejecutamos. Agradecen enormemente que vayamos puntualmente a su pueblo, en algunos casos a su puerta. Hay quien nos dice, “¡ay hijos, entráis en mi pueblo para para que yo pueda leer!” Pues claro, porque también tiene derecho a tener una biblioteca, aunque viva en un pueblo muy pequeño”, sentencia Herrero.

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