Crónica de la corrida del 3 de septiembre, última de la feria taurina palentina, con Julián López ‘El Juli’, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante
Javier Cáceres Herrero
Otro cartel de lujo, un día más, para una plaza de segunda que por espadas y ganaderías, bien podría ser de primera. Repetía el Juli, con Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, con toros de la ganadería gaditana Torrealta. La agradable temperatura que hoy había en la capital palentina, animó además a repetir la asistencia del día de San Antolín, con más de tres cuartos de aforo. Público, que hoy sí, pudo disfrutar del toreo con el capote del que tan falto hemos estado en días anteriores.
Julián López “El Juli”.
Segunda de “El Juli”, que dio el susto de la tarde, cuando al llevar al toro al caballo, tropezó con la arena llevándose un revolcón que pudo suponerle un percance grave y que lo dejó lesionado en su cadera izquierda. Venían quejándose días atrás los toreros del estado de la arena y hoy se ha confirmado que no es el ideal. Con todo, “El Juli”, inició con la muleta al natural, insistiendo por ese pitón una y otra vez, con un toro, que todo hay que decirlo, no daba para más. No ha sido su mejor año con la espada, hoy fue evidente -quizás debido a la lesión-.
Se deshizo del Torrealta tras un pinchazo, un cuarto de estoque y tres descabellos. Pitos para el toro y ovación para el torero. Al cuarto, lo lidió infiltrado y con una incipiente cojera. El público valoró su regreso, animando al diestro. Eso hizo que le cuajara una gran faena de capote y muleta, a un buen toro que se fue apagando y que solo un pinchazo antes de una buena estocada, le impidieron cortar los dos apéndices. Oreja de mucho peso para un Julián López que demostró la categoría que tiene y el amor por esta tierra a diferencia de otros diestros.
Miguel Ángel Perera.
Regresaba Perera a una plaza talismán para él, donde también es muy querido. No hubo suerte con el primero, noble pero flojo, muy flojo, en la línea de lo que ha venido sucediendo esta feria. No tuvo mucha historia y solventó el envite tras un pinchazo y una estocada desprendida. Otra historia fue el quinto. Con unas tafalleras para encuadrar, deleitó el extremeño al respetable a la salida del puyazo. Y lo mejor estaba por llegar.
Inició la muleta de rodillas, jugándose el tipo, con una tanda que acabó de encender a los asistentes, expectantes por lo que se podía avecinar. A pesar de que su oponente se fue rajando, Perera tenía la puerta grande entre las cejas y lo cerró, rematando con unas tandas templadas en tablas sobre una baldosa espectaculares y una estocada hundida y desprendida que acabó por desorejar al colorado de Torrealta.
Alejandro Talavante.
Regresaba a Palencia el pacense con ganas de agradar. Así lo demostró desde el principio con un farol, verónicas y chicuelinas que han sido de lo mejor con el capote estas días. Le encontró enseguida el ritmo por el pitón derecho, en el trasteo con la muleta y lo supo torear, dejando entrever al Talavante de las grandes tardes. Una buena estocada le procuró la primera y única oreja. Por el contrario, poca historia tuvo el sexto, falto de todo, al que intentó hasta la saciedad por derecha e izquierda sacarle algo. Esfuerzo baldío, que solo sirvió para alargar una faena que terminó con una estocada y un silencio.
Terminan así las corridas a pie en estos San Antolines 2022, donde hay que agradecer a los nuevos empresarios Carlos Zúñiga y Víctor Zabala el esfuerzo de este año, con unos carteles envidiables y unas ganaderías que no se recordaban, a pesar de la flojera general que han mostrado la mayoría de los astados. Caras de satisfacción en la salida diaria y un HOMENAJE digno del GRAN MARCOS DE CELIS. Quedan los rejones, que viendo el cartel, auguran otra buena corrida, si la suerte, el tiempo y los morlacos acompañan.
