Asier Aparicio gana el certamen ‘Campo de Calatrava’ con una obra sobre el ‘Motín del pan’, acaecido en la Palencia de 1856

Narra la historia de una revuelta encabezada por la ‘Cascaja’, que decide, junto a vecinos del barrio de La Puebla, quemar tres harineras palentinas tras el hambre a causa de la lejana guerra de Crimea

El escritor Asier Aparicio se alzó con el I Certamen de dramaturgias sobre el mundo rural ‘Campo de Calatrava’, convocado por la Asociación de Amigos Patio de Comedias de Torralba en colaboración con la Diputación de Ciudad Real, con la obra titulada ‘Pan Duro’ que trata sobre el denominado ‘Motín del pan’, acaecido en la Palencia de 1856.

La propuesta de Aparicio se impuso a un total de 64 textos procedentes de numerosos puntos de España, así como de Polonia, Alemania, Argentina, Méjico, Perú, Chile, Colombia y Puerto Rico, cuya obra fue premiada tras la decisión unánime del jurado.

“No muchos conocen la historia de esta revuelta en nuestras calles, cuando, debido a una guerra lejana en Crimea (actual Ucrania) y a las malas cosechas, algunos habitantes de Valladolid, Medina de Rioseco y Palencia, deciden reaccionar contra su hambre y la miseria de sus familias con un motín”, explica el autor Asier Aparicio en declaraciones a la Agencia Ical.

Aquí, en Palencia, el tumulto estuvo abanderado por una mujer, Dorotea Santos, más conocida como la ‘Cascaja’, quien, junto con otros de sus vecinos, principalmente del barrio de La Puebla, deciden quemar tres de las harineras de la zona (Once Paradas, Viñalta y San Román). La insurrección acabó con la represión de los insubordinados y un cambio de gobierno a nivel nacional, apunta.

“Noté que en la secuencia de aquellos hechos existía potencialidad para hablar de las grandes transformaciones ideológicas y sociales que se vivieron entonces y que, aún hoy, de un modo u otro, siguen latentes”.

Aun así, aclara que no ha pretendido escribir una obra de tesis, sino de protagonistas. Más allá de los intereses creados, “importan las pasiones puras, a veces desatadas, que no son patrimonio de la clase desposeída, sino también de las élites pudientes”.

De esa forma, Aparicio asegura a Ical que el resultado es un “cóctel de amor, ambición, pragmatismo, heroicidad, lealtad, violencia y de comedia humana”. Además, terminó agradeciendo los trabajos de los historiadores locales Roberto Gordaliza y Javier de la Cruz, imprescindibles para la gestación de su obra, que se pondrá a la venta en Navidad, y su premio posterior.