Ecologistas en Acción Palencia y Asociación de Naturalistas Palentinos
Es un hecho recurrente todos los años. Coincidiendo con la finalización del invierno y el incremento de las temperaturas, uno de los problemas ambientales de máxima gravedad en las comarcas agrícolas de Palencia vuelve a manifestarse. Se trata de las mal llamadas quemas agrícolas, que en realidad no afectan solamente a terrenos agrícolas sino a linderas, cunetas, ribazos, bosquetes isla y en no pocas ocasiones bosques de ribera y cauces fluviales.
Basta darse un paseo por cualquier pueblo de la comarca de Tierra de Campos, el Cerrato, la vega de Carrión o Saldaña para ver decenas de columnas de humo que, en el mejor de los casos, están calcinando arroyos o linderas entre cultivos. En otras ocasiones estas quemas se extralimitan y afectan directamente a cursos mayores, como los ríos Valdejinate, Retortillo, Boedo, Cueza o incluso el Canal de Castilla, declarado Bien de Interés Cultural por la propia administración regional (Decreto 154/1991), pero en el que todos los finales de invierno se queman decenas de kilómetros de ribera.
Estas quemas se fundamentan en la falsa creencia de eliminar plagas agrícolas o malas hierbas, pero en realidad, estas áreas son claves para la conservación de la biodiversidad en las propias zonas agrícolas, ya que constituyen el único refugio para las escasas formaciones arbóreas y arbustivas de una comarca donde lo forestal es un bien escaso, son reservorios de fauna y flora silvestre, con el agravante de que muchas de las especies que se refugian o reproducen aquí son precisamente controladoras de plagas agrícolas, estamos hablando de especies como comadrejas, lagartos ocelados, culebras bastardas, cernícalos comunes o lechuzas comunes y campestres.
Tampoco se puede olvidar que este tipo de actuaciones suponen la emisión de CO2 a la atmósfera y la eliminación de, precisamente, los árboles y arbustos que contribuyen a la retención y mitigación de los efectos de estos gases en la atmósfera. Estos incendios son también responsables de un indudable daño paisajístico, eliminando los únicos elementos que rompen la horizontalidad en un paisaje dominado por la horizontalidad.
Y por último, este tipo de prácticas ilegales también suponen el gasto de recursos económicos que pagamos entre todos los contribuyentes, al destruir plantaciones lineales que han sido pagadas por las propias administraciones o los gastos de las numerosas salidas que tienen que realizar los bomberos para apagar fuegos descontrolados que, en ocasiones, han llegado a poner en peligro a infraestructuras como edificios.
Pero lo verdaderamente grave de esta situación no es el hecho de que estas quemas sean recurrentes año tras año, lo absolutamente intolerable es que son perfectamente visibles, tanto las quemas como los responsables de las mismas, pero la Junta de Castilla y León se pone de perfil ante un gravísimo problema ambiental como este y no hace absolutamente nada por solucionarlo. ¿Cuántas denuncias han interpuesto los agentes medioambientales en los últimos años por esta causa? ¿Cuántas de las denuncias recibidas por otros cuerpos como el SEPRONA de la Guardia Civil o los bomberos son tramitadas y terminan en expediente sancionador?. Sencillamente para la Junta de Castilla y León este problema no existe, hay una orden encubierta a los funcionarios para mirar hacia otro lado ante un problema que, paradójicamente, puede suponer hasta la pérdida de las ayudas agroambientales a los perceptores de las mismas, ya que estas se encuentran condicionadas al cumplimiento de buenas prácticas agrícolas, algo que indudablemente no se cumple al practicar quemas e incendios en el entorno de los cultivos.
Las entidades firmantes exigen a la Junta de Castilla y León, y más concretamente a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que tome cartas de forma urgente en este asunto, dando las instrucciones pertinentes para que los agentes medioambientales denuncien e investiguen los incendios que, sin ninguna duda, se producirán en los próximos días. Igualmente solicitamos a otros organismos que cuentan con competencias en el tema, como la Confederación Hidrográfica del Duero o la Guardia Civil, a que extremen la vigilancia durante las próximas semanas y procedan a la denuncia de todos los incendios que se produzcan.
Por nuestra parte, las asociaciones conservacionistas pondremos estos hechos en conocimiento de la fiscalía de medio ambiente para que investigue tanto la autoría de los incendios como la negligencia, que puede estar rozando la prevaricación, de las autoridades responsables de medio ambiente por la inacción ante este grave problema ambiental.
Imagen. EEA