El fracaso escolar no es el final. El CEPA San Jorge, en Palencia, apoya a los adultos que abandonaron sus estudios para que obtengan sus titulaciones «avanzando siempre adelante»
A veces, la trayectoria de un estudiante adolescente entra en un círculo vicioso. Primero le quedan un par de asignaturas, que arrastra al pasar de curso. Tal vez después le toque repetir, se sienta ‘‘mayor’’ ante sus nuevos compañeros y encima deba enfrentarse a volver a estudiar asignaturas que ya había aprobado, con la desmotivación que ello conlleva. En otros casos, quizá, los problemas académicos solo son la punta del iceberg, y el alumno o alumna vive situaciones de acoso escolar o falta de adaptación. El resultado puede ser desolador para su futuro: el abandono de sus estudios.
Pero no todo está perdido. La Educación de Adultos ofrece una segunda salida para quienes por unas circunstancias u otras tuvieron que dejar los libros en el cajón. Sin embargo, es la gran desconocida del itinerario educativo de nuestro país, según explica la directora del CEPA San Jorge de Palencia, Asun García Olivares. En este centro prueban suerte otra vez casi 800 alumnos (y eso que este año la cifra es menor a causa de la pandemia), con unas tasas de éxito que enorgullecen a sus 25 docentes, no solo por los logros académicos sino, especialmente, por el espaldarazo emocional que supone para esos adultos recuperar la senda de su formación.
La clave, indica la directora, es un sistema concebido para ofrecer todo tipo de facilidades. Para empezar, el curso académico se estructura en cuatrimestres, de tal manera que el alumno puede sacar sus asignaturas pendientes de Tercero de ESO, por ejemplo, de septiembre a enero, y terminar las de Cuarto ese mismo año entre febrero y junio. La matrícula, además, abre cada cuatrimestre: ahora mismo es posible inscribirse hasta el 25 de febrero, en convocatoria extraordinaria.
A diferencia de la Educación Secundaria ordinaria, el alumno adulto no tiene que repetir las asignaturas que ya aprobó, incluso puede presentarse a pruebas libres para obtener la calificación positiva todo un bloque: por ejemplo, aprobar segundo, tercero y cuarto de Ciencias Sociales de una vez.
Tanto en el CEPA San Jorge como en los otros centros de adultos de la provincia las clases se adaptan a las necesidades de cada persona. «Adaptamos el horario a la demanda para dar facilidades a alumnos que estén trabajando». Al ser grupos pequeños, la formación es totalmente personalizada y la convivencia entre compañeros es positiva y motivadora.
«Los alumnos que vienen del fracaso escolar se sienten arropados, al ver que hay adultos más mayores que no les juzgan, sino que les animan a continuar», apunta.
En otros casos, estos estudiantes que se matriculan en los cursos de Secundaria son ciudadanos extranjeros que no han obtenido la convalidación de sus títulos de origen, un proceso que puede alargarse años, por lo que optan por estudiar para titularse de nuevo. «Tienen libertad para decidir qué asignaturas cursan cada cuatrimestre y el ritmo al que quieren sacarlas. Al ser adultos, cada uno se organiza conforme a su trabajo y sus necesidades».
En el CEPA San Jorge la oferta no puede ser más amplia, variada y adaptada a las distintas necesidades. Por ejemplo, la directora explica que puede darse el caso de «alumnos que quizá están trabajando sin tener la cualificación y en sus empresas les exigen el título», como sucede con trabajadores de la hostelería o del sector sociosanitario, entre otros. «Además de la Secundaria, ofertamos numerosos cursos del catálogo de Cualificaciones Profesionales». No hay que confundirlos con ciclos de Grado Medio, sino con la titulación que después convalida el ECyL para poder ejercer determinados oficios.
En este sentido, son muy demandados los cursos de cocina, atención sanitaria, peluquería o estética, así como las formaciones para mejorar las competencias en inglés o francés o en informática –uno de los más demandados-. «Tienen también mucha aceptación los cursos de español para extranjeros, y gracias al convenio que firmaremos próximamente con el Instituto Cervantes, podremos preparar y realizar aquí el Examen de Ciudadanía (CCSE)».
No hay que olvidar la dimensión social que tiene este enfoque educativo. Y es que acogen alumnos desde las etapas educativas más básicas, en un contexto de dificultad para la lectoescritura o de abandono escolar antes incluso de obtener la Primaria. Y así, hasta preparar la Prueba de Acceso a la Universidad para Mayores de 25 años.
Para el equipo docente, no hay mayor motivación que ver los casos de éxito que viven sus alumnos, y Asun García recuerda con cariño uno de ellos: un joven que sufrió un accidente por el que tuvo que estar un largo tiempo de baja, que aprovechó para volver a estudiar. «Le hicimos una prueba y comenzó Segundo de ESO en septiembre. En febrero fue a las pruebas libres y sacó varias asignaturas, así que obtuvo tercero y cuarto en el segundo cuatrimestre». En el primer año, pues, había obtenido el título de Secundaria.
«Al año siguiente se matriculó en la Prueba de Acceso a la Universidad para Mayores de 25 años, y la aprobó: en dos años, había pasado de no tener nada, a tener el equivalente al bachillerato, a efectos laborales y de oposiciones». Ese joven pudo continuar con un grado superior y actualmente está trabajando.
«Para las personas adultas que por circunstancias dejaron los estudios, esto es una segunda oportunidad. Les ofrecemos la posibilidad de cambiar su vida».
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