Por unanimidad el Ayuntamiento de Frómista ha aprobado incluir a la villa en la candidatura a Patrimonio de la Humanidad que presentan los Sitios Cluniacenses Cluny Ibérica.
Esta candidatura quiere recoger tanto el patrimonio material de la arquitectura y arte románico asociado a la orden, como el carácter inmaterial de la misma, que conllevó grandes cambios entre los siglos X y XII.
La notable y geográficamente huella cluniacense es, junto con el Camino de Santiago, una de las más distinguidas y tangibles realidades patrimoniales en las que se reconoce la personalidad cultural y por ende la construcción política de Europa.
Las gestiones y contactos para impulsar esta candidatura se están realizando desde Francia e incluyen el reconocimiento de hasta 200 sitios de siete países -más de una veintena en Castilla y León- que todavía conservan la huella dejada por la Orden.
La Federación Europea de Sitios Cluniacenses reúne los lugares que, en Europa, demuestran la radiación de la abadía de Cluny, del siglo X al siglo XVIII.
Esta radiación, encarnada por cerca de 2.000 sitios, es espiritual, pero también arquitectónica, artística, económica, política o social.
Los monjes de Cluny están en el origen del nacimiento y del desarrollo de centenares de pueblos y ciudades, desde Portugal a Alemania, desde Escocia a Italia, pasando por Bélgica, Inglaterra, Suiza, España, Francia, e incluso con prolongaciones a Europa central, hasta Jerusalén.
Castilla y León, rica en este tipo de bienes en lugares tan señalados como Frómista, Villalcázar de Sirga, Nogal de las Huertas, Sahagún o Carrión de los Condes, se incorporó a la red internacional de Cluny hace cuatro años, con el objetivo de contribuir a su fortalecimiento y a la difusión de su enorme valor cultural, patrimonial y turístico.