Reservado el derecho de admisión: club de la marihuana

Fiscalía de Valladolid ha mantenido finalmente su petición de cárcel para los tres socios del club de consumo de marihuana ‘Valladolid 420’ detenidos en febrero de 2019 por la Policía Local como presuntos autores de un delito contra la salud pública, al entender que se dedicaron al cultivo de plantas para su distribución a terceras personas.

Será ahora el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid quien dictamine si los acusados son merecedores de una condena de un año y ocho meses de prisión por delito contra la salud pública, tal y como reclama la acusación pública por tráfico de sustancias de las que no causan grave daño a la salud, o bien se inclina, lo más probable, por el fallo absolutorio que han solicitado las defensas.

De los tres acusados, Iván N.A, Enrique M.G. y Manuel Luis C.G, los dos primeros se han acogido a su derecho de no declarar y tan solo el tercero, ingeniero informático de profesión, ha tomado la palabra para explicar, en declaraciones recogidas por Europa Press, que decidió apuntarse al club para realizar un consumo compartido de marihuana convencido de que el mismo se encontraba perfectamente en regla. De hecho, ha precisado que todos los consumos los iba anotando en una libreta, ya que hay unos cupos que no se pueden superar.

El acusado, sobre el día de la detención, ha mantenido que en ningún momento autorizó la entrada de los policías locales que acudieron al local tras ser alertados por un vecino del intenso olor a marihuana que existía en las inmediaciones y que éstos, una vez dentro, se llevaron detenidos a los tres acusados, sin que durante el registro posterior estuvieran ellos presentes ni abogado alguno.

También ha declarado un testigo de la defensa para manifestar que tanto él como su esposa, enferma de cáncer, se apuntaron al club para realizar un consumo terapéutico de marihuana y para, visiblemente emocionado, relatar que a su pareja le habían dado un año de esperanza de vida y que finalmente aguantó cuatro. En este sentido, se ha mostrado convencido de que su pareja podría haber estado unos meses más aún con él sin el club no hubiera sido clausurado.

Frente a la petición de cárcel para los tres acusados mantenida por la acusación pública, las defensas han pedido un fallo absolutorio tras denunciar la nulidad de la entrada y registro del local y al invocar el consumo compartido de sus clientes.

ERROR INVENCIBLE

Al respecto, el defensor de uno de los dos procesados alega también la falta de pruebas de que los acusados se dedicaran al cultivo y distribución de marihuana, pues el mero hecho de ser socio del club no obliga a realizar labores de plantación, y en cualquier caso ha invocado el principio del error invencible, toda vez que los tres ocupantes del banquillo estaban convencidos de que su actividad era absolutamente legal.

Tal afirmación se fundamenta en un informe del Ministerio del Interior que constata que el club está debidamente inscrito en el Registro Nacional de Asociaciones. Incluso en su día la Fiscalía no puso objeción alguna a que así fuera tras no observar indicios de delito alguno.

En su informe, Interior certificó que ‘Valladolid 420’ solicitó su inscripción en el año 2015, si bien el procedimiento quedó entonces en suspenso para dar traslado a la Fiscalía provincial ante las dudas sobre la licitud de lo recogido en sus estatutos–contemplan el cultivo y autoconsumo de marihuana–. La respuesta dada por la acusación pública al Registro Nacional de Asociaciones es que no se iban a iniciar acciones al no observar delito alguno, contrariamente a la postura sostenida ahora en el juicio.

La detención de los acusados se produjo en la tarde del día 20 de febrero de 2019 cuando varios agentes de policía acudieron al local, un antiguo bar que se encontraba cerrado, alertados por una llamada de im vecino quejándose del intenso olor a marihuana que emanaba del mismo.

Los acusados se encontraban jugando a la videoconsola. En el interior del local, los agentes se incautaron de sendos botes de cristal con 109 y 86 gramos netos de cannabis, además de 114 plantas con un peso de casi un kilo–su valor fue cifrado en 5.683 euros–, una prensa, dos medidores de acidez, un total de 303 euros en billetes y moneda de diverso valor.

A pesar de que en su momento alegaron que se trataba de una asociación para cultivo y autoconsumo, al igual que el más de un millar de clubes de este tipo diseminado por toda la geografía nacional, al no poder acreditarlo entonces fueron arrestados tanto el hombre de la entrada como otros dos de su interior.

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