Masaje al corazón
Unos miles de corazones palpitando en medio de la recién estrenada noche palentina ansían recibir las letras y la característica voz de Sergio Dalma como una crema hidratante que reactive su vital riego sanguíneo, adormecido por la brutal pandemia.
Nada mas impactante que una plaza de toros, siempre cargada de fuertes emociones, para acoger a este grupo de músicos con Sergio Dalma como principal espada para celebrar una mezcla de 30 años de oficio y de reencuentro con un público necesitado de momentos como estos.
Ataviado con una camisa negra floreada en blanco y vaqueros negros salió divertido y relajado (lo puedo certificar), dispuesto a aplicarnos durante dos horas un masaje íntimo cargado de romanticismo, a ratos intenso a ritmo de potentes luces y música rockera y a ratos delicado en los solos a piano y voz.
Los 30…. y tantos años de música le permiten administrar el ritmo de la sesión, comenzando con un masaje de calentamiento en sus primeras canciones para incrementar la presión sanguínea con grandes éxitos de su repertorio, para volver a relajar sin perder el tono vital.
Hora y media de trabajo se frena al poco de presentar a los miembros de su grupo y colaboradores. El público no se mueve de sus asientos, el artista toma un poco de aire. Los focos se encienden y allí está, en medio de la escena, dispuesto a terminar la sesión con una generosa dosis de fuerza clavando su voz y sus letras, incluido alguno de sus grandes éxitos, en esos corazones ya calientes y ….. despedirse con un par de melodías en recuerdo a uno de sus grandes referentes italianos, Franco Battiato.
Fdo.: un “Colaborador Musiquero”