Villamuriel de Cerrato - Calabazanos - Estatua de Gómez Manrique
Villamuriel de Cerrato - Calabazanos - Estatua de Gómez Manrique

El historiador Juan Jesús Acosta arroja luz sobre la figura de Gómez Manrique, cuyo Auto de Nacimiento de Nuestro Señor se representa este fin de semana en Calabazanos

Gómez Manrique (Amusco 1412 – Toledo 1490), el poeta pre-renacentista más importante del siglo XV.  Autor del Auto del Nacimiento de Nuestro Señor, representado estos días en el convento de Calabazanos

D. Gómez fue el quinto hijo varón de uno de los matrimonios históricos más importante de nuestro pasado palentino, el formado por Pedro Manrique IV, VIII señor de Amusco y Adelantado Mayor del Reino y la dama de la nobleza Doña Leonor de Castilla, Camarera de la reina doña María, esposa de Juan II.

Este matrimonio tuvo quince hijos, de entre ellos D. Gómez, nuestro protagonista, poeta y militar destacado, que junto a sus hermanos D. Diego, IX señor de Amusco y primer conde de Treviño, D. Rodrigo primer conde de Paredes de Nava (título de conde y propiedad legados por su padre desde Amusco) ambos militares de gran repercusión y prestigio, se  les unirían también D. Juan, arcediano de Valpuerta, D. Fadrique señor de Baños, D. García Señor de las Amayuelas a los que podemos añadir la repercusión alcanzada por las hermanas Aldonza y María ambas abadesas de los Monasterios de Santa Clara de Amusco y de Calabazanos. Como vemos una familia con una inmensa aportación y prioritaria en el devenir histórico de nuestra provincia.

Nuestro querido poeta, crece y desarrolla su vida durante los complejos reinados para la familia Manrique de Juan II y Enrique IV, y bajo el amparo como buen varón, de las armas y las letras. En cuanto a las armas se convierte en un gran militar y de prestigio a través de las enseñanzas de su hermano, el primer conde de Paredes de Nava y en los aspectos poéticos iniciará su formación con García Fernández del Castillo, maestro de los hijos de doña Leonor y las aportaciones de D. Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana y tío de Gómez Manrique quién despertó su vocación poética y lo ánimo a cultivar las Ciencias en la escuela que lideraba junto a Juan de Mena.

En cuanto a sus actuaciones militares más destacadas, tuvieron que ver con las relativas a la intensa y brillante actividad militar de la familia Manrique, destacando junto a su hermano Rodrigo en la toma de Huéscar a los musulmanes, llevada a cabo el 6 de noviembre de 1434. Y también su participación en las posteriores campañas en las guerras de Andalucía, recorriendo las comarcas de Baeza y Guadix.

Tras la muerte de su padre, el Adelantado Mayor ocurrida en 1440, éste otorgó mayorazgo a su hijo Gómez con siete lanzas pasando a titularse señor de Villazopeque, Belbimbre y Matanza y más tarde de Cordovilla.

Con la entronización de Enrique IV, destacamos sus actuaciones políticas como corregidor, empezando en la noble ciudad de Salamanca, posteriormente en Burgos en 1463, después ocupando este cargo en la ciudad de Ávila en el momento de la Farsa que los nobles llevaron a cabo contra Enrique IV y finalmente en la ciudad de Toledo, donde nuestro protagonista agotó sus días.

En la Corte toledana se había formado un grupo de estudiosos y poetas que formaron el que quizás fuera el más importante círculo cultural de la segunda mitad de siglo XV. Junto a Gómez Manrique, cabeza intelectual más destaca del grupo, aparecen Pedro Guillén, Juan Álvarez Gato, Alonso de Palencia, Pedro Díaz de Toledo, Juan de Mazuela, Jorge Manrique (sobrino de Gómez e hijo de su hermano D. Rodrigo primer conde de Paredes de Nava) y Sancho de Rojas entre otros, como recoge el manuscrito 4114 de la Biblioteca Nacional de Madrid.

Quisiera destacar que a este marco toledano llegó nuestro querido protagonista de Amusco gracias a la alianza iniciada entre la familia Manrique y D. Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo y una de las figuras más destacadas de la historia en estos años finales de la época medieval en el Reino de Castilla.

En 1465 según Salazar y Castro, y desde su puesto de corregidor en Ávila, y hasta la muerte repentina del joven rey Alfonso en 1468, participó D. Gómez en las acciones guerreras de Peñaflor, Simancas, Huete, Valladolid y Olmedo acompañando al infante en su periplo guerrero.

Momentos en los que el rey de Portugal le solicitó a nuestro poeta la realización de un Cancionero con sus obras y también la futura gran reina de Castilla, Doña Isabel “La Católica” le encargó la composición de unos de sus primeros y extraordinarios “Momos” dirigido a la vida cortesana para su hermano Alfonso.

Nuestro protagonista se casó en 1430 con Juana de Mendoza, mujer culta, aficionada a la lectura, con la que formaron un matrimonio muy unido, completado con las llegada de  sus hijos Luis, Catalina y María Manrique.

De la trayectoria de este fenomenal poeta destacamos tres etapas. En la primera de ellas hasta 1458, fecha de la muerte del Marqués de Santillana, su mentor, destacamos sus cancioneros y decides amorosas, como “La consolación de doña Juana Manrique” en 1457 o la “Defunsión de Garcilaso de la Vega”.

En una segunda etapa y tras entrar en la casa del Arzobispo Carrillo, se ocupa con mayores energías de desarrollar un repertorio poético moral y político como por ejemplo en “Las coplas contra los pecados mortales de Juan de Mena”. Y en la etapa final y de madurez de su obra podemos destacar “exclamaciones e querella a la Gobernación” y coplas a Diego Arias de Ávila.

Y para concluir con su extensa y prolija obra, destacar su obra más conocida y que en estas fechas de 20 y 21 de diciembre se representa en el Monasterio de Calabazanos “La representación del Nacimiento de Nuestro Señor”.

Fe, religiosidad popular y belleza en el Auto del Nacimiento

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Monasterio impulsado por su madre doña Leonor, que decidió cumplir la promesa otorgada a su marido Pedro Manrique IV, sustituyendo el convento de Clarisas de Nuestra Señora de la Esperanza de Amusco (puesto en funcionamiento tras la Bula de 2 de septiembre de 1446) por el Monasterio de Calabazanos, tras la Bula del papa Calixto III de  22 de junio de 1458, que mantenía los privilegios, gracias y prerrogativas que gozaba el primero de Amusco, pasando a depender el de Calabazanos de la visitación de Tordesillas.

Y termino estas líneas y esta biografía destacando nuevamente otra de las grandes figuras de la intensa, inmensa y profunda historia amusqueña, que hoy junto a la figura del médico anatomista  D. Juan Valverde están convirtiendo  a esta pequeña localidad palentina en referencia histórica para nuestra provincia y del inmenso legado de nuestra nación española a la historia.

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