Dos meses de corte en esta avenida han transcurrido hasta que se han tomado medias complementarias para facilitar el tráfico
No somos los palentinos los que más cintura tenemos. Vamos, que Álvaro Soler podría haberse inspirado en casi cualquier palentino para su canción La Cintura: “Porque mi cintura / Necesita tu ayuda / No lo tengo en las venas/ Y no la puedo controlar / Creo que mi cintura / Choca con mi cultura / Tropiezo con la arena / Ya no me puedo controlar”.
Tampoco sé si Santiago Amón tenía cintura y características bailongas (habría que preguntárselo a su hijo, Rubén Amón), pero de lo que sí tengo constancia es que Palencia ha demostrado con Santiago Amón, con su avenida, la poca cintura que tiene. Lo poco que sabe adaptarse. La lentitud (cuando lo hace) de convertirse en agua (Be water my friend) y adoptar la forma que se necesita. Ojo, sin llegar a mirar a nivel político, que no todo tiene que depender en primera instancia de los que ocupan un asiento cada cuatro años. Arrancando a nivel técnico.
Lo ha hecho patente con la avenida que lleva el nombre del poeta, crítico y periodista que estudió en el Seminario Mayor de Palencia y murió viajando a Palencia, a Aguilar de Campoo. Más de dos meses llevaba cortada esta vía en sus dos sentidos debido a un socavón abierto en la acera y el jardín entre la calzada y el río allá a mediados de septiembre hasta que la cintura palentina se ha movido.
Dos meses en los que Palencia ha estado con una de sus vías de acceso alternativas cercenada y en los que la ciudad, sus Servicios, se limitaron a colocar unas vallas y a quien dios se la dé, San Pedro se la bendiga. De primeras, sin señalización adicional a los conductores sobre los posibles desvíos para pasar de un lado a otro del socavón y el corte. Mucho menos de las limitaciones que algunas de esas opciones conllevan. Ejemplo de ello fue el camionero que quedó encajonado en el subterráneo de Pío XII.
Imágenes: Un camión queda atascado en el túnel de la plaza Pío XII en Palencia
También los daños que una cosechadora provocó en varios vehículos por tener que pasar por la estrecha calle Los Tintes, por donde se canaliza el tráfico que antes iba por la ancha avenida en sentido sur. Pero es que también se ha visto afectado durante semanas el servicio de transporte urbano que pasaba y tenía parada en esa avenida con las líneas 3 y 5.
Lo cierto es que la previsión era que todo iba a estar resuelto en 10 días y es posible que se pensara que no hacía falta tomar medidas adicionales. Pero cuando esa previsión inicial se fue truncando, tampoco se hizo. Y han sido varios los pasos que apuntaban que la cosa ya iba para largo.
Ya hace algo más de un mes se reconocía que la necesidad de usar un dron para comprobar el estado de todo el colector que había colapsado retrasaría la avenida de Santiago Amón.
La necesidad de usar un dron retrasa la reapertura de la avenida Santiago Amón de Palencia
Reconociendo la dificultad de los trabajos que se desarrollan a nivel de las cañerías y que hace unos días explicaba en Diario Palentino Francisco Javier del Sol, gerente de Aquona en Palencia, empresa gestora del servicio municipal de agua y encargada de los trabajos, el problema se ha dado en superficie. Es más, el problema no es la obra en sí, que puede tener una complejidad que exija tiempo en ejecutarse. El problema es que ante una pierna rota no se haya recetado una silla de ruedas o unas muletas como una alternativa a saltar a la pata coja.
Si como ha ocurrido, durante muchos días la obra donde estaba el corte no ha estado activa, y la zona de protección de la misma apenas superaba unos centímetros la franja de aparcamiento ¿no habría sido posible abrir esa vía de circulación al menos cuando los operarios de Aquona no estuvieran trabajando, tomando la medidas oportunas de balizamiento? o ¿canalizar el tráfico con un baypass ocupando la franja de aparcamiento contraria como carril?
Pero no ha sido hasta que han pasado más de dos meses de obras, o de corte, cuando se ha tomado la decisión de, al menos, abrir uno de los dos carriles a la circulación. Es decir, desde hace solo unos días, en sentido entrada a la ciudad, desde la trasera de Maristas hacia Pío XII cabe la posibilidad de pasar por la zona del corte. Eso sí, dos meses después y curiosamente cuando la maquinaria pesada está rondando las obras.
Ha costado acompasar las cinturas de varios servicios municipales. Coordinarse entre ellos para dar una respuesta a un problema. A lo que aún no se ha dado respuesta es a la falta de iluminación en la zona, con cuatro farolas viarias apagadas y un paso de peatones también afectado.