Efectivos de Castilla y León realizan labores de ayuda en las calles de Aldaya (Valencia). / Eduardo Margareto (ICAL)

Norberto Cardona dirige un equipo multipropósito de Cruz Roja Soria destinado en Valencia, donde ayuda en la logística de productos de primera necesidad y en las labores de limpieza

Juan López / ICAL

Un grupo de personas se agolpa a las puertas del punto de atención de Cruz Roja en Aldaya, en Valencia, donde la oenegé ha organizado todo lo relativo al reparto de productos de alimentación e higiene de primera necesidad para todos aquellos que, como consecuencia de la Dana de hace una semana, se han quedado casi sin nada y requieren de este tipo de ayuda. Allí, Norberto Cardona, responsable provincial de Socorro y Emergencias de Cruz Roja en Soria, encabeza un grupo que ha llegado in situ para contribuir en todo lo que pueda, “pero siempre de forma coordinada”.

Hoy, atiende al equipo de Ical desplazado en la zona de la catástrofe, donde muestra el funcionamiento del operativo y cómo se gestiona el reparto. “Cuando quieres ayudar a la gente, empiezan un poco tímidos, seguramente consecuencia de la situación moral y emocional en que se encuentran después de todo lo que están vivienda, pero después se sueltan y eres un psicólogo para ellos”, explica.

Dirige, junto a otros compañeros llegados desde Soria, todos ellos con formación sanitaria, un equipo multipropósito, es decir, por la mañana ayudan en las tareas de reparto de alimentos y, por la tarde, como ha sido el caso, han participado en las labores de limpieza en Alfafar, donde es un suplicio poder llegar por los sucesivos cortes de carreteras y atascos continuos. “Solo hay uno o dos accesos y todo el mundo quiere entrar a ayudar o por necesidad”, sostiene.

Desde que llegó el sábado, su labor ha sido protagonista con los que más están necesitando esa ayuda. Esta misma mañana, han prestado asistencia sanitaria a varios voluntarios que llegan con algún corte en las manos, tras mover enseres en mal estado, o simplemente con ampollas en los pies por el uso de las botas de agua, que “son muy cómodas pero que dañan los pies de quienes no están acostumbrados”.

Durante la jornada de hoy, el grupo soriano se ha ayudado de un vehículo Erie (Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias), que presta luz y energía para poder intervenir en este tipo de tragedias, en las que siempre se encuentran con el lado más humano de las personas: “Cuando ayer estábamos limpiando en Massanasa, se nos estropeó un fusible de uno de nuestros vehículos. Estábamos justo frente a un taller y le pedimos al dueño que si nos podía ayudar. Con lágrimas en los ojos nos invitó a entrar para demostrarnos que la riada se había llevado todo y no podía dejarnos ni un destornillador. Eso muestra la verdad de las personas”, relata Cardona.

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