Los panaderos palentinos reivindican la calidad de este producto en nuestra tierra con el reparto de unos 800 “fabiolines”
Qué habría sido de la humanidad sin pan. Es una de las preguntas que cabe hacerse en un día de hoy, Día Mundial del Pan, sobre todo cuando se escuchan polémicos consejos de nutrición que meten al pan de calidad en el mismo saco de productos de escaso valor nutricional como son la bollería industrial. La calidad del pan palentino que se produce hoy en día sigue siendo muy similar a la de antaño: su elaboración es totalmente artesana, con harinas de calidad procedentes de trigo de la tierra y fermentación lenta.
Una calidad que la Asociación Provincial Provincial de Panaderos de Palencia, junto con el Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León (Cetece) reivindicaban esta mañana en la Plaza Mayor de la capital, con un reparto de más de 800 pequeñas fabiolas (“fabiolines”), ya que precisamente este formato de pan bregado es la seña de identidad en la gastronomía palentina.
Un reparto popular en el que participó la alcaldesa, Miriam Andrés, junto a los concejales Judith Castro y Rosario García, o el diputado provincial y alcalde de Grijota, Jesús Tapia, en plena Plaza Mayor, donde además alumnos y profesionales del Cetece estuvieron ofreciendo un taller de elaboración de pan artesano.
Las actividades con motivo del Día Mundial del Pan continúan esta tarde con la celebración del curso “Haga pan en casa” en el Cetece, hasta las 20:30 horas (para alumnos inscritos previamente) y mañana, con jornadas de promoción del pan dirigidas a centros formativos, puertas abiertas del Cetece y una exposición de panes y cereales, en horario de 17:00 a 19:00 horas.
