Hidifer es una empresa que viene desarrollando su actividad desde los años 20. Ángel Fernández, su actual gerente -tercera generación-, destaca los puntos fuertes del negocio, el cual ha sabido evolucionar al mismo ritmo que lo ha hecho la sociedad
Los inicios estuvieron enfocados en la rama de electricidad, y poco a poco se fueron ampliando los servicios… Hidifer ha tocado muchos ramales, incluso el de las bicicletas, hasta llegar a ser la empresa que es hoy día… ¿cuéntanos cómo ha sido el desarrollo y crecimiento de la empresa?
La actividad de la empresa se inició en los años 20. El fundador fue mi abuelo Diodoro Fernández, que comenzó su actividad trabajando en la distribución de electricidad en los pueblos limítrofes con Villarramiel. Electricidad que se producía en los pequeños saltos de agua del Canal de Castilla, gestionados por pequeñas empresas locales las cuales fueron absorbidas por otras más grandes, en este caso por Saltos del Duero.
Coincidiendo esto con la aparición del gas butano y con su popular botella así como con la incorporación de los dos hijos mayores al negocio familiar, Benito y Sergio, se comenzó a distribuir la botella de butano en la misma área de influencia. La generalización de estas dos fuentes de energía, gas y electricidad, propició el uso de nuevos electrodomésticos para los hogares, por lo que se abrió una tienda para comenzar a comercializarlos.
Por otro lado, se iba desarrollando el parque de vehículos a motor, es decir, motos, coches y camiones, lo que les llevó a montar un pequeño taller de neumáticos y una bomba de gasolina, que propició la incorporación del menor de los hermanos, Ángel, mi padre.
Por desgracia como en casi todas las empresas familiares entre la segunda y tercera generación se produce la desaparición de la empresa o ruptura de la organización familiar de la empresa que existía hasta ese momento. En nuestro caso ocurrió lo segundo, permaneciendo en la empresa mi padre, el pequeño de los hermanos. Llegado ese momento mi hermano Juan Carlos y yo tuvimos que decidir entre incorporarnos a la empresa familiar o continuar con nuestras carreras profesionales tras haber completado la formación universitaria.
Decidimos hacer lo primero y es ahí cuando se inicia una nueva etapa, surgiendo la razón social de Hidifer, acrónimo de Hijos de Diodoro Fernández, consiguiendo llegar hasta lo que actualmente es.
¿Cuáles son las áreas de negocio principales en la actualidad?
Tenemos dos áreas de negocio que van muy diferenciadas. Una que es la venta y servicio de neumáticos -especializados en los agrícolas- ya que nuestras instalaciones de neumáticos están en Villarramiel, una zona agrícola 100×100. Y otra área de negocios es la que engloba la distribución de gasóleos, con la venta directa a comunidades, agricultores, transportistas, particulares, etc., así como estaciones de servicio y plantas fotovoltaicas, ya que también generamos electricidad.
¿Cuáles son los pilares sobre los que se han venido trabajando en estos años para ser en la actualidad una de las empresas referentes en lo que a centro de servicios para satisfacer las necesidades del mundo del transporte por carretera se refiere?
Nuestro eslogan es la tranquilidad de la calidad y el servicio. Para nosotros es lo prioritario, siempre pendientes de satisfacer las necesidades que tenga el cliente en cada momento.
Ahora nosotros ya no hablamos de gasolineras, hablamos de estaciones de servicio, en las que se puede encontrar gasóleo, gasolina, gas GLP para vehículos, adblue, además de un supermercado en el que poder realizar una compra rápida, un centro de lavado… Vamos evolucionando en función de cómo lo hace el mercado.
Además, destacáis por ser una empresa pionera en digitalización. ¿En qué se traduce esto?
Hace muchos años nosotros implantamos un RP que permite tener información on line desde el mismo momento que se suministra a un cliente, todo el proceso es automático y nos permite una trazabilidad de todos los suministros.
