Los palentinos logran la primera de la Liga en un apretado final ante un Burgos que basó su juego en Jones (85-91)
Donde acabó la LEB oro, arrancó la Primera FEB. A escasos centenares de metros de donde se ganó el ascenso a la ACB, volvían los morados a la que ha sido su zona de confort. Arropados por su numerosa afición que no dudó en recorrer los 88 kilómetros que separan el municipal de El Plantío.
Un Plantío en el que el Palencia no pudo ejercitarse en el calentamiento al mismo nivel que su rival, dado que cuando llegaron los morados al parqué, aún estaban colocándose las pegatinas de su zona de la cancha.
Más allá de las cosas del directo en una inauguración, al Plantío llegó el Palencia a estrenar camiseta, en este caso la azul, con un cinco formado por Wintering, Borg, Kamba, Vaulet y Krutwig.
Y en 11 segundos de juego, el Palencia ya había forzado un falta, a los 22 ya había anotado. A los 39, Wintering sumaba ya dos faltas sacadas a Alonso Ruiz . Empezaba intenso el conjunto de Luis Guil. Que si tenía un debe en el inicio eran los rebotes. Velocidad y defensa. 4-8 jugados tres minutos de juego coral.
Entró el partido en una false de descontrol, en la que el Palencia, pese a estar a tiro de bonus no lograba la falta, tampoco encestar, y los burgaleses supieron también correr. Cambió Guil a Borg y a Vaulet, dando entrada a Kunkel y Dimitrov. Los rebotes seguían sin funcionar.
El ataque marchaba a base del empeño de Wintering, que abria como un cuchillo la defensa local para ceder la ejecución a los interiores. 11-19 consumidos 7 minutos y refresco para Wintering, Krutwig y Kamba.
Relevos que no le sentaron bien al Palencia que perdió la cara al encuentro: Al final del cuarto 18-21.
Segundo Cuarto.
Con pérdida de balón, dos tapones de Manu y triple y canasta de Pablo Hernández (cazando en la segunda un rebote perdido), empezó el cuarto el Palencia. Todo muy variado para ponerse seis arriba.
Pero Tizona exhibió su acierto en el tiro, de larga y media distancia como recurso ante la defensa cerrada de los locales. Diametralmente opuesta a la de los palentinos, con solo un triple de 7 intentos. 28 para 28. Se descomponía el Palencia ante la desesperación de Guil que tuvo que pedir su primer tiempo muerto del partido consumidos cuatro minutos.
Sin reacción. Primer balón perdido y defensa que dio varias opciones de canasta a los burgaleses que se pusieron por delante 32-28 ante un Palencia al que se le hizo de noche. Sin ideas y sin acierto. Lo contrario que Burgos, que con Jones abrió distancia. 35-28.
Cuatro minutos tardó en anotar Palencia, con Krutwig fabricándose la jugada, pero dos segundos después, Burgos daba la réplica.
La cancha parecía estar inclinada hacia la canasta de Burgos, con Jones empujando aún más la pelota. 10 puntitos, máximo anotador en ese momento del encuentro.
Dos buenas defensas de los palentinos y, de nuevo velocidad a su favor y una contra de Kamba, ajustaron el marcador a un 41-39 a falta de un minuto de juego.
Minuto en el que los palentinos le dieron la vuelta al vetusto luminoso de Burgos con su tercer triple, segundo obra de Kunkel que a punto estuvo de marcar el del sobre la bocina. Al descanso 41-42.
Tercer cuarto.
Jones, en el Tizona se convirtió en el canalizador de los ataques. O atacaba él, o a los rivales del Palencia les costaba. Pero es que el americano era el que atacaba, el que defendía, el que le robaba la cartera a los de Guil.
Se pusieron las pilas los palentinos. Que buscaban más la triangulación en ataque. Que defendiendo cerraban las líneas de pases. También era verdad que entonces Jones había abandonado la cancha.
Una antideportiva muy justita (sobre todo en comparación con la que no se pitó en la cancha contraria) sancionada a Kunkel, que había estado fallando varios tiros y una técnica a Guil por protestar volvieron a colocar a los locales por delante.
Comenzó a buscar el Palencia el juego interior, y no con los grandes. Con Vaulet, que recibía con ventaja de Borg bajo el aro. El argentino era ya el máximo anotador de los palentinos con 13 puntos. Pero los de Guil iban a remolque. Uno abajo a falta de cuatro minutos.
Tiempo para Chema y Hernández. Dureza en la defensa. Pero no fue una defensa, sino un ataque lo que sacó a Wintering de partido. Tercera falta. Salió él y entró en los burgaleses Jones. Pero el Palencia ya se había vuelto a poner por delante.
Primera jugada y Jones le hace el lío a Palencia. Otra vez. Y luego un triple para poner a los suyos por delante. Y otro. Y otro. Imparable. 26 puntos. El Burgos jugaba por él y para él. Se jugaba todo. Tiraba todo. Y se marchó 66-62.
Solo cuando el americano se volvió al banquillo, el Palencia respiró y se pudo poner por delante. 68-69.
Último cuarto.
Mejores defensas que ataques en el inicio del último cuarto. Con Oroz como ariete de los palentinos. Cuatro arriba para los de Guil que concedió descanso a Oroz y dio entrada a Wintering, mientras Chema bregaba y bregaba con los atacantes burgaleses. Con solo tres puntos en ataque, pero con unos intangibles muy importantes.
Seis arriba para los palentinos. Y tras el tiempo muerto solicitado por Camps, Krutwig a cancha. Lo mismo que Jones, en el Burgos. Seis minutos por jugar. No sin bronca de Guil a los suyos por perder un balón de forma tonta.
Enderezó el rumbo el Palencia. Buscándoles las puertas de atrás al Burgos. La rigidez de los árbitros con las defensas palentinas y la levedad con las de los locales calentaron el encuentro y acercaron al Burgos a solo cuatro puntos a falta de cuatro minutos. Eso y algunas pérdidas no forzadas de los morados. Corría el tiempo… pero no se avanzaba en el marcador. En ninguno, por fortuna.
Eliminado Simeunovic, un triple de Wintering puso tierra de por medio para el Palencia. Pero Jones, otra vez Jones, calcaba la jugada del Palencia. Loco se volvió el partido. Loco para Palencia. Controlando los nervios. Reboteando, dejando pasar el tiempo para amasar la canasta. 8 arriba a falta de poco más de un minuto.
Que se quedaron en cinco nada más reanudarse tras triple (bien defendido) de Diaz Alejano para los burgaleses. Y en dos, en el esiguiente ataque burgalés. Sólo Wintering con un triple agotando la última jugada palentina pudo inclinar de forma casi definitiva el marcador hacia Palencia. 85-90. Solo 15 segundos con jugada infructuosa para los locales para certificar la victoria de los palentinos. Al final 85-91 para la primera victoria del Palencia en la siempre difícil cancha del Tizona de Burgos.
Entre los palentinos, el mejor, por valoración, Vaulet, aunque la victoria fue trabajo de todo el equipo.