Los ejecutivos analizan las claves para el futuro en el foro Innovación Empresarial y Emprendimiento, organizado por Vive Radio Castilla y León y Unicaja
ICAL
El director general de Iberaval, Pedro Pisonero, el director corporativo de Galletas Gullón, Francisco Hevia, y el responsable del Centro I+D+I Renault, César Lorenzo, defendieron hoy la necesidad de impulsar el emprendimiento para que la “sociedad progrese” y consideraron que la Inteligencia Artificial constituye un “palanca de crecimiento”. Los tres ejecutivos participaron en el foro Innovación Empresarial y Emprendimiento, organizado por Vive Radio Castilla y León y Unicaja y moderado por el director editorial del medio radiofónico, Óscar Gálvez.
Pedro Pisonero defendió el emprendimiento como aspecto clave para “generar tejido productivo y lograr que la sociedad progrese”, pese a que alertó de que “no se promueve”, elemento unido a la velocidad de los procesos y los cambios productos, que se traducen como una “oportunidad para la innovación”. En sintonía con la aparición de la IA, la cual ejerce como “palanca de crecimiento” para así lograr una “mejora en los procesos y aumentar la competitividad”.
Pisonero apuntó que el propio emprendedor y la sociedad “tiene miedo”, y lamentó que “en casa se recomienda la búsqueda de una buena empresa o ser funcionario”, lo que se traduce en un “problema social y no del propio emprendedor”, dijo. De ahí que la cuestión se centre en saber cuántos emprendedores “somos capaces de generar socialmente”, porque así “se generará tejido productivo y que la sociedad progresará”. Y es que, remarcó que “socialmente no se promueve la creación de empresas”.
Aun así, dejó claro que, a día de hoy, es factible emprender, al asegurar que “no es insensato decir que se está ante los próximos cinco o siete mejores años para hacerlo”, condición debida a que el Producto Interior Bruto (PIB) crece, al mismo tiempo que disminuye el desempleo y las tasas de interés no son altísimas”, añadió.
Definió que el dato de los avales de nuevos proyectos se cifra en el 15 por ciento, aunque su tasa de mantenimiento de actividad de dichas empresas es “cinco veces mejor que la que nosotros imaginemos”, porque “todos son capaces de pagar finalmente y solo fracasan los que están mal estructurados”.
“Hay que quitar máscaras y maquillaje del emprendimiento para retomar el concepto base, que es generar actividad económica”, urgió el director corporativo de Galletas Gullón, Francisco Hevia, al trasladar que lo que “se necesita en la sociedad son más y mejores empresarios para generar más actividad que revierta, a su vez, en la sociedad”. Así, recordó que el “origen de la actividad económica está en el empresario”, porque un “emprendedor es un empresario y cuantos más haya mejor irá a la Comunidad”.
Un emprendimiento y una actividad empresarial que Hevia calificó de “función social”, que se traduce, en su caso, en “dar de comer a la gente” desde la industria agroalimentaria. “No está centrada en ganar dinero, sino en poner productos seguros, de calidad y accesibles en una cadena de valor que construye sociedad y que no se puede deslocalizar”.
Aclaró que es necesario diferenciar cuando se habla de innovación, ya que se debe poner “todo el talento y las personas a producir esas píldoras de sabiduría que realmente permiten generar valor, gracias a la competitividad y con diferenciación”. De esa forma, en los últimos 40 años y en base de esa cadena, “hemos escuchado al cliente y aprovechado el talento de proveedores y de la industria para ser capaces de producir cosas aquí que históricamente no se hacían y exportar fuera de España”.
Explicó que la “mano de obra hace tiempo dejó existir, porque se trata de personas que aportan talento”, e incidió en que la “tecnología nunca ha destruido empleo”. A día de hoy, en Aguilar “hay más empleo en la galleta que nunca en la historia y se hacen más galletas que nunca”, razón por la que subrayó que la IA afectará en la cadena de producción con la “generación de más empleo y cambiando el tipo de trabajo”, el cual será “mayor calidad”. Y esa que, la “tecnología ayuda a la sociedad como palanca de crecimiento”, apostilló.
Ciberseguridad
Hevia explicó que la innovación tiene que ser “colaborativa”, donde habrá que añadir a todos aquellos “capaces de sumar”, y aclaró que la seguridad es un “driver obligatorio” para mantener la información dentro de la organización, aunque consideró que “no es una calve ni un freno del desarrollo”. “Es un elemento más en la ecuación, pero no puede limitar la innovación”.
En línea con esa materia, la seguridad y ciberseguridad es una “asignatura” que aparece en el escenario empresarial, que tiene que “ser aprobada como las demás”, afirmó el director del Centro I+D+I Renault, César Lorenzo, al relatar que los “ataques son una realidad” con la protección de los vehículos como “episodios claves”. Dijo que “no es un freno en la innovación”, pero hay que trabajar en el área y ser consciente de ello, al igual que se tiene un “antivirus en casa”.
Sobre la presencia de la IA, Lorenzo aseguró que, en el ámbito del diseño, permite “acelerar los bucles de convergencia y llegar antes a un problema”, además de reducir apartados de burocracia, lo que permite a que los integrantes del equipo “se concentren en las tareas de valor”, lo que se traduce en una “ganancia en el ciclo de producto”.
De igual manera, en el marco de la manufactura, la Inteligencia Artificial da lugar a nuevas aplicaciones para detectar “acciones de calidad, generar gran abundancia de datos y tomar decisiones rápidas que afectan a todo el ciclo de vida”. “Soy optimista en ese sentido de cara al sector de la automoción, ya que la IA dar lugar a una gran mejora en todos los procesos”.
“Cuando el vehículo se desplaza, reconoce más lo entornos y cada vez habrá mayores casos de uso antes no conocidos”. No obstante, apuntó que el futuro del coche “no está escrito” ante las transformaciones vividas. Los caminos claros giran en tornos a las asistencias a la conducción y la electrificación, pero “nadie es capaz de escribir lo que ocurrirá dentro de cinco años”, recalcó.
Cambio “disruptivo”
A ese respecto, señaló que el Grupo del rombo ha sufrido un “cambio disruptivo”, al no tener nada que ver lo que se conocía de hace años a ahora, es decir, de “vehículos con tecnología a ser una empresa tecnológica que fabrica vehículos”, remarcó, al escenificar que se trata de una “disrupción del software” con una visión “eléctrica, conectada, sostenible y una parte autónoma”. Tal es así que se ha producido en diez años una transformación más fuerte en los últimos 50”, aclaró.
Por ello, destacó que se ha producido una “adaptación a esa disrupción”, al afrontar la situación con “innovación” a través del factor del ecosistema. “Porque por si solas las empresas no son capaces y hay que buscar ‘partners’ para avanzar de manera ágil y flexible”. Un cambio producido en los métodos de trabajo con una “gestión basada en el software más que en la arquitectura tradicional del vehículo”.
También se refirió al ámbito reglamentario y jurídico, que “cataliza al sector”, ya que la nueva reglamentación implica “rehacer perímetros del vehículo” y cambiar las “formar de trabajar”, lo que también genera “tensión en los sistemas porque no siempre es posible hacerlo”, comentó.
Respecto a la inversión procedente del Perte VEC 2, César Lorenzo no quiso dar detalles al respecto tras la información facilitada hace unos días por el Ministerio de Industria y Truismo, al asegurar que todas las plantas de Renault son “muy competitivas entre sí”, aunque afirmó que el ecosistema del automóvil en Castilla y León “es muy fuerte”, todo unido a sus proveedores, donde las plantas de Valladolid y Palencia se posicionan en el “top 3 de competitividad mundial”, aseveró.