El investigador palentino Samuel García presentó ayer su libro ‘Libertad en las ondas. La radio informativa de la Transición española (1977-1984)’
En octubre de 1977, la radio española cambió para siempre. El monopolio de los partes de Radio Nacional de España tocaba a su fin y todas las emisoras podrían informar en libertad. Años después, un 23-F de 1981, la población seguiría al minuto un intento de golpe de Estado por sus transistores. La radio ya era otra.
Este es el punto de partida de Libertad en las ondas. La radio informativa de la Trans ición española (1977-1984) (Fragua, 2024), la primera monografía del investigador palentino Samuel García-Gil, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que se presenta en la Biblioteca Pública de Palencia el viernes 12 de abril, desde las 19:00 horas, en el salón de actos de la Biblioteca Pública.
Es el estudio más exhaustivo publicado hasta la fecha sobre este periodo histórico de la radio en el que, además, se sientan las bases de la radio de nuestros días.
Samuel García-Gil (Palencia, 1993), a quien escuchamos durante años en el dial de ACUP Radio de Palencia, es periodista, doctor en Comunicación e investigador en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU).
Su estudio presenta, como novedad, el abordaje no solo de la historia de la radio en un periodo determinado, sino sobre todo, del cambio que éste representó
La libertad informativa transforma totalmente el modelo de la radio española a partir de esa modificación legal. Hasta entonces, los partes de Radio Nacional tenían que ser emitidos obligatoriamente en todas las emisoras de España. La radio estaba obligatoriamente cercenada, más que la prensa en papel, que empezaba a recoger los puntos de vista no representados políticamente en el Franquismo.
La radio de esos años 70, basada en el entretenimiento, se estira contra natura, con pequeñas excepciones como Hora Veinticinco, que sale en los 70; Protagonistas… Esos primeros programas empiezan a abrir más huecos de libertad entre unas grietas que no se rompen definitivamente hasta que desaparece la desconexión obligatoria de las dos y media y de las diez: esto propicia el cambio a todos los demás niveles.
Las emisoras empiezan a impulsar sus propios informativos y aparecen nuevas licencias, así que pasamos de una radio de entretenimiento a una radio informativa y también participativa con la audiencia, una radio que sale a la calle con las unidades móviles. Pero sobre todo una radio que empieza a ser tomada en consideración como un medio para informarse.
¿Empieza a jugar una importancia especial también la radio local?
La información local era uno de las pequeñas brechas que permitía el Franquismo legalmente para las emisoras, porque lo que estaba vetado oficialmente era la información “nacional e internacional”, que era lo que aparecía en el decreto del año 39. La radio local sí tenía esa pequeña brecha, pero lo que va a potenciar la información local, sobre todo, es lo que ocurre los años siguientes en las frecuencias moduladas.
Hasta entonces, la FM era minoritaria de las grandes ciudades, y era despreciada porque poca gente tenía receptores. Era el campo de experimentación para la radio musical (nacen Los 40 Principales) y las radios libres. Cuando aparecen los concursos de licencias de frecuencia modulada, se impulsa la radio y la información local con la aparición de nuevas emisoras, ya que la FM lleva antenas más baratas, sencillas, fáciles de instalar y también con menor cobertura.
En los medios de comunicación, cada disrupción parece ser el apocalipsis. Ahora, la radio se está transformando hacia formatos como el pódcast
Efectivamente, es una dinámica continua en la historia de la comunicación. Cada vez que aparece un nuevo medio, es un reto para el medio anterior y hay conflicto. Cuando surge la radio, la prensa escrita se siente amenazada. O cuando las primeras emisoras en los años 20 empiezan a retransmitir óperas, los teatros son suspicaces…
Cuando aparece la información en la radio, la televisión ya era “el medio”. Pero en cierto modo, lo que permite libertad informativa es que la radio empieza a ser considerada como un medio informativo. Esto ha sucedido después con Internet… Y lo que estamos viendo es que al final todo se integra: el audio (ya no es ni siquiera la radio, sino que cambia incluso el término), la televisión, la información escrita… Esas barreras se difuminan hoy día.
Y la narrativa cambia también, claro
La narrativa se adapta, el pódcast evidentemente tiene una narrativa propia… Hay quien cree que muy distinta y, si escuchas a Gabilondo, te dirá que es la radio de siempre, en formato grabado. En cualquier caso estamos en una época de confluencias, incluso en la propia estructura de las empresas: RTVE ya es la marca común para los canales de televisión, radio, web… Y en esa confluencia llega también la radio a la carta.
También está cambiando el ecosistema de los medios de comunicación, tradicionalmente concentrado en grandes grupos, pero que ahora ve nacer numerosas empresas y comunicadores freelance que se lanzan al mercado
En el panorama radiofónico, todavía seguimos anquilosados en el FM. Se da una dualidad curiosa: por un lado tenemos esta apuesta digital enfocada en el pódcast y en los nuevos lenguajes narrativos. Los propios programas de radio se editan para distribuir por secciones en la radio a la carta… Y efectivamente se construyen trabajos interesantes. Y al mismo tiempo, curiosamente, donde ‘‘nos jugamos las perras’’, que es en los datos de audiencia de la radio lineal que es la que sigue siendo mayoritaria, seguimos anclados en en el Estudio General de Medios (EGM), que es una encuesta, mientras ponemos piedras a la radio digital. Todavía no ha llegado el verdadero riesgo desde el punto de vista empresarial.
Julián García Torrellas y May Chaparro presentaron su libro en la Biblioteca Pública este viernes, 12 de abril. Sus voces forman parte de la historia de las ondas en Palencia
Me hacía muchísima ilusión presentar con ellos y no lo dudaron. Aunque mi trabajo es un libro de investigación exhaustiva sobre la radio de la Transición, quería presentarlo en Palencia, que es mi tierra, y me encanta haber podido compartirlo con ellos: Julián es una enciclopedia de la historia radiofónica y May, para mí, es un emblema de la radio. Un interesante diálogo sobre radio y sobre periodismo.
Este libro es fruto de su tesis doctoral, que recibió un premio de investigación, tras años de arduo trabajo
Es un trabajo que me ha llevado siete años en el que juegan buena parte Salvador Gómez y José Vidal Pelaz -que también es palentino-, que son mis directores de tesis. Con ellos hicimos este largo camino que deposité en 2022 Cum Laude… Y el año pasado recibió el Premio Joven de Investigación en Comunicación Enrique Bustamante, histórico estudioso de la radiotelevisión en España). Gracias al premio he podido financiar la publicación del libro, lo cual es un honor.