El Gobierno inicia las obras para la ampliación de la A-67 entre Polanco y Bezana con un plazo de cinco años
Pocos se acordarán del subibaja que era acercarse, a finales de los años 80 a las playas de Santander. Curva y contracurva tras pasar por la ratonera de Torrelavega donde se cruzaban, en una intersección regulada por un semáforo colgante, la N-611 (Palencia-Santander) con la N-634 (San Sebastián-Santiago de Compostela).
Poco a poco el viaje desde Palencia, Burgos y Valladolid hacia las playas de Santander se ha hecho más cómodo. Primero con la autovía en el tramo con más circulación: el Torrelavega-Santander que se comenzó a construir en 1984 y que se estrenó con los ’90. Luego con la variante, como Vía Rápida, de Torrelavega más o menos en las mismas fechas y luego con el resto de la autovía desde Palencia, ya en 2009 (fecha de su culminación total).
Ahora, se retoma la casilla de salida y se vuelve a mejorar la conexión por la zona cántabra, en el tramo Torrelavega-Santander con intensidades de hasta 3.000 vehículos por hora. Para ello, se ampliará a tres carriles la autovía entre los enlaces de Polanco y Bezana, donde ya hay tres carriles.
Desde el enlace de Sierralpando.
El tramo comenzará en el punto en la variante de Sierralpando, la que está llamada a evitar buena parte de las retenciones que en verano y los puentes se forman en los entornos de Torrelavega, se une al actual trazado de la Autovía A-67. Variante que, por cierto, no se podrá disfrutar este verano, sino que habrá que esperar al menos a dentro de un año.
De esta forma se solaparán las obras de la variante de Torrelavega con las de la ampliación a tres carriles del último tramo de la autovía. Unas obras que oficialmente arrancaron la pasada semana, y que se ejecutarán a lo largo de 61 meses. Es decir, hasta 2029, en el mejor de los casos.
No se trata de una obra menor, puesto que cuentan con un presupuesto de 172,9 millones de euros, con el que se va a actuar en un tramo de 13 kilómetros acometiendo también labores como la rectificación del trazado o el suavizado de las curvas para mejorar la seguridad, dado que los parámetros con los que se construyó este tramo eran los vigentes en los años 80 del pasado siglo.
Manteniendo la circulación
Estas obras se llevarán a cabo manteniendo en uso los actuales dos carriles actuales a lo largo de todo su recorrido, si bien, como se reconoció durante la presentación del proyecto “habrá momentos en los que las afecciones serán mayores”.
Cabe destacar además que habrá que intervenirse en esta obra adjudicada a San José y Aceinsa en los cinco enlaces existentes en este tramo: Polanco, Boo, Oruña, Mompía e Igoño, además la conexión con las dos áreas de servicio en Gornazo (una en cada calzada).